Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
El pasado domingo, el alcalde de la Vall dijo a los micrófonos, a las cámaras de las televisiones locales y a los que habíamos asistido al acto inicial de las Fiestas Patronales en honor a la Sagrada Familia y Santísimo Cristo, que “els politics conten alguna mentireta”.
El Sr. Clavell hablará por él mismo o por los miembros de su partido, que a mentiras nos han llenado en esta Comunidad Autónoma.
Porque no es el caso de todos. Están acostumbrados a generalizar y yo vuelvo a decir que no. Que no somos todos iguales.
Y que ya sabemos que hablaba por él y por los suyos, porque mentir han mentido hasta la saciedad. Y también han robado. Ahí están las sentencias condenatorias.
Algunos casos célebres ya han dejado de ser “presuntos delincuentes” para serlo sin la presunción. Ya se ha sentenciado que cometieron delitos.
¿Y porqué me viene a la cabeza, cuando pienso en todo este embrollo en que nos ha metido el PP, en la película “Delitos y Mentiras”?
Porque ese título resume muy bien lo que ha estado pasando en nuestra Comunidad y en nuestros municipios con los gobiernos o “desgobiernos” del PP.
En la Vall todavía tenemos la muestra de la gran mentira del siglo: el Hospital.
Todavía tenemos un cartel anunciador (seguro que realizado por alguna “empresa amiga”) que costó casi 60.000 euros del dinero de todas y todos los valencianos y valencianas. Todavía tenemos el recuerdo de la gran maqueta de la gran mentira (fuimos la mofa de toda España, ¡inauguración de una maqueta!). ¿Cuánto costó toda esa “parafernalia” que sustentaba esa gran mentira?
Y las antenas de los móviles, y e IES Honori García y el Rosario Pérez, y tantas y tantas mentiras.
Si hasta sus campañas electorales fueron una mentira, con Gürtel, sobres, sobrecostes…
Pero no nos meta a todos en el mismo saco. Usted ha reconocido que ha mentido. Ya lo sabemos. Y a eso nos ganará siempre.
No hay nada peor en política que la mentira y la corrupción.
No hay mayor ataque a la democracia que la mentira y la corrupción.
Y es que, cuando se miente sistemáticamente, cuando se “mete la mano en la caja” sistemáticamente desde la responsabilidad pública, se está haciendo un flaco favor a la política.
Cuando se crean expectativas en la ciudadanía y luego resulta que son mentiras, se crea frustración en las ciudadanas y los ciudadanos. Y estos dejan de creer en la política como solución a sus problemas. Lo peor que se puede hacer desde las instituciones. Es lo que ha hecho el Sr. Clavell.
Que ustedes mienten, lo sabemos. Tenemos demasiados ejemplos.
Que se han aprovechado de lo público para su interés personal, se ha demostrado en los juzgados.
Pero, por favor, no queremos ser ni figurantes de su propia película, la del PP, que, como he dicho al principio, podría muy bien titularse “Delitos y Mentiras”