Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
El dato más destacado del Barómetro del CIS del mes de marzo es la alarma social sin precedentes que la corrupción está causando entre la ciudadanía. Por segundo mes consecutivo, desde que saltó a la opinión pública el caso Bárcenas, (ese señor, para la Sra. Cospedal), las personas encuestadas sitúan la corrupción como el segundo problema del país que más les preocupa, sólo superado por el problema del paro, y desplazando al tercer puesto a los problemas económicos.
Nunca, en toda la historia del CIS, se había reflejado una preocupación ciudadana tan alta por la corrupción: un 44,5%. Hace dos años, en marzo de 2011, tan sólo un 4,6% de los encuestados por el CIS, señalaban la corrupción como un problema del país. Casi multiplicamos por 10 el porcentaje, en dos años. Justamente cuando el PP gobierna en casi todas las administraciones.
Parece evidente, pues, que son los casos de corrupción conocidos en el último año, y especialmente el que tiene como protagonistas al PP y a su ex Tesorero, los que han desatado la alarma social que reflejan los datos señalados.
Pero han sido la gota que colma el vaso. En cualquier caso, venga de donde venga, la corrupción política debe pagar penalmente, si hay delitos, y hay que ser especialmente ejemplarizantes en estos casos; y debe tener, desde el principio un precio político. No puede ser que les Corts Valencianes estén llenas de diputad@s imputad@s, que el pleno de Alicante, de Elche… estén llenos de representantes políticos imputados.
El daño que esto hace a nuestra democracia, a nuestro sistema político, es infinito. Y no se debe mirar hacia otro lado, no se puede mirar hacia otro lado. En todos los casos, venga la corrupción de donde venga.
Siempre es deleznable la corrupción, pero más en estos momentos, en que muchas personas, muchas familias lo están pasando mal, no tienen trabajo, los recursos económicos se agotan… No puede ser que los responsables políticos hayan jugado a “hacerse ricos”, y lo han conseguido, con el dinero de tod@s.
La corrupción, y no otras cosas, es lo que dañan también la tan manida 'marca España'. A ver si esos que se denominan “más patriotas que nadie”, dejan de atacar a su patria y a sus compatriotas. Porque el ataque más furibundo contra el país, contra las personas, contra la sociedad, lo perpetran aquellos que utilizan a su propio país, los recursos de toda la sociedad en beneficio propio, contraviniendo todo el contenido de 'servidor público'.
