Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
El próximo 28 de diciembre se cumplirán diez años desde la aprobación por el Pleno del Congreso de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Una ley que supuso un revulsivo respecto a la violencia de género en todos sus aspectos y se ha consolidado como modelo internacional.
Instituciones internacionales de prestigio han considerado que esta ley Integral, como popularmente se la conoce, es una de las normas más importantes y eficaces para combatir y erradicar la violencia sexista en todo el mundo. Una violencia que califican como una de las formas más generalizadas de abuso contra los derechos humanos.
No obstante, y a pesar de la utilidad y del reconocimiento internacional, las mujeres continúan padeciendo violencia de género y el número de mujeres asesinadas, lejos de disminuir, aumenta. Durante el mes de agosto, ocho mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas; el último fin de semana ha resultado muy “negro”, tres mujeres víctimas de violencia, con el resultado de tres personas muertas y una herida grave.
Esta es la triste realidad ante la que nos encontramos. Tenemos una buena ley, pero que, en estos momentos se encuentra amenazada por el Gobierno del PP y sus continuos recortes presupuestarios en materia de igualdad en general (un 33% en lo que va de legislatura), y en violencia de género en particular (un 22% desde que gobierna Rajoy). Además de las sucesiva reformas legislativas que atentan contra el mismo espíritu de la Ley.
Y una cuestión muy importante, a mi parecer, es que el gobierno central ha hecho desaparecer el principio de igualdad del discurso político y la violencia de género de sus prioridades.
El govern autonómic nunca hizo gala del principio de igualdad en su discurso político y la violencia de género y la igualdad nunca fueron prioridades. Demasiado bien conocemos las prioridades del PP valenciano que nos han llevado a la ruina económica.
Es decir, el gobierno del PP no sólo desmantela sistemáticamente la lucha contra la violencia de género a base de recortes, sino que también ataca sus fundamentos ideológicos, legales y simbólicos.
Ante esta situación, no bastan los actos simbólicos, no bastan los discursos y los artículos de opinión el día 25 de noviembre y después nos olvidamos. Contra la violencia de género se ha de actuar en todo momento. Y es un tema muy transversal, en el que se ha de mantener un amplio consenso social y político muy necesario.
Por ello no hay que ser autocomplaciente, no estamos satisfech@s, hemos de hacer más acción y menos recorte presupuestario.
Las mujeres han de sentir que estamos ahí, que toda la sociedad está en la misma línea, que todas las administraciones hacen el máximo posible para garantizarles la salida de la situación de violencia, para protegerlas. Deben sentirlo. Deben sentir que, fuera de esas situaciones de violencia, está la seguridad. Y hay que garantizar esa seguridad.
Por ello no cabe ningún recorte presupuestario; por ello se deben adoptar todas las medidas necesarias que permitan la aplicación efectiva y el desarrollo de la Ley Integral en toda su amplitud.
No estamos a 25 de noviembre. Estamos a 10 de diciembre. Pero todos los días debemos estar en contra de la violencia de género. No sólo con actos simbólicos, sino con hechos, con acciones, con presupuesto y con política.






























