Luis Andrés Cisneros.
De un tiempo a esta parte, se ha visto un incremento exponencial de aficionados a los llamados ‘deportes de riesgo’, entre los que se encuentran una larga lista de nombres como: rafting, puenting, skateboarding, street surfing, kite jumping….., a los que hay que añadir el ‘Españing’.
En según qué partes de nuestro país, practicarlo puede suponer que la vida del que lo realiza pueda pasar por momentos de altísimo riesgo. Ustedes se preguntarán y ¿en qué consiste esto? Pues en algo tan sencillo como ser español, hablar español, sentir en español y estar orgulloso de la historia de los españoles, amén de creer en la familia y en las raíces cristianas de nuestra sociedad.
No hace falta decir lo que está pasando en Cataluña y en muchas otras partes del territorio nacional. Hacer demostración clara y diáfana de ser español, puede convertirse en todo un riesgo para su discurrir diario. Le acusarán de practicar el ‘Españing’, cosa muy mal vista por los antiespañoles (la gran parte del espectro político en nuestro país) y que, a no tardar, estará prohibido en muchos lugares de nuestro patrio solar,
Lo que sí se ha demostrado, a lo largo de estos dos últimos meses, es que la práctica del ‘Españing’, está al alza. No hay más que ver la respuesta de miles de ciudadanos que se han lanzado la calle para reivindicar, de manera entusiasta y luciendo las banderas de España con orgullo y valentía pregonando a los cuatro vientos, como dice la letra del Himno del Ejército del Aire, ‘la gloria infinita de ser español’.
Bien, pues a pesar del incremento de demostraciones de españolidad por parte de una gran mayoría de ciudadanos de nuestros pueblos y ciudades, hay infinidad de políticos, con mando en plaza que, están sacando a relucir su odio hacia todos aquellos que se sienten españoles. Lo más triste del caso es que ellos también lo son, ya que residen en territorio nacional.
Siempre hay y habrá sitios en donde el ataque a lo español alcanza cotas de auténtico despropósito. Sin ir más lejos sólo tenemos que pararnos en lo que se hace y se quiere hacer en Castellón, donde el ‘Indendent’ García, no ceja en su empeño de atacar todo lo que tenga cualquier connotación española.
No contento con, desde su departamento o concejalía de Transparencia, Normalización Lingüística y Modernidad, lo que ya lleva conseguido hasta ahora, quiere lanzar nuevas propuestas encaminadas a seguir, al pie de la letra, las consignas e imposiciones de los secesionistas catalanes.
Desde suprimir el español de todos los documentos municipales, hasta imbuir el catalán incluso a los recién nacidos, pasando por subvencionar a todo el que no se exprese en español o marginar a las empresas que escriban en español para acceder a trabajar con el Ayuntamiento, ahora se descuelga (ha tardado demasiado) en eliminar el español de las placas de las calles.
No se ha parado a pensar, quizás porque no le importa, en el coste e incomodidades que supone para habitantes, empresas y comercios de nuestra ciudad el cambio del nombre de su domicilio. ¡Todo sea por la Gran Cataluña! ¿Tiene previsto indemnizar a los que lo sufran?
Pero siempre se puede ir más allá. Siguiendo con el callejero, está dispuesto a subsanar el exceso de nombres masculinos en las calles. ¡Rizando el rizo! Quiero ayudarle, que los paseos pasen a denominarse las paseas y los parques las parcas, pero eso sí, en catalán, faltaría más. Y no meta sus manos perversas en el nombre de la ciudad. Salvo que usted se pase el idioma oficial por sus gametos.
Y para toda esta barbaridad, y aprovechando su manoseada transparencia y su derecho a decidir, ¿no sería lógico que lo sacara a referéndum de los ciudadanos? Ah claro, sólo lo saca a votación popular si puede ganar. ¡Viva Su Democracia!
Me gustaría que nos aclarará al 84.74% de los castellonenses que no les votamos en las últimas municipales, con qué autoridad moral y efectiva se impregna para atacar de manera retorcida a todo lo que significa España. ¿Podría tratarse de un síndrome no catalogado aún por la OMS (Organización Mundial de la Salud)? ¿O es un desmedido e irrefrenable ataque de odio? ¿Quizás es que usted, sólo se dedica a cumplir órdenes?
Es difícil saber, por no decir imposible, cuáles van a ser sus próximas ocurrencias, pero le puedo sugerir algunas que seguro harán sus delicias. Prohibir el español de manera oficial, cobrar un impuesto especial a quién haya nacido fuera de Cataluña o la Comunidad Valenciana, gravar con un ‘catatasa’ a los turistas que nos visiten, autorizar sólo el consumo de jamón proveniente de la Gran Cataluña, imponer multas a quienes vean televisión en español y así cualquier cosa que se le pueda ocurrir y que pueda favorecer la inclusión del Reino de Valencia en la Gran Cataluña.
Usted, señor García, junto con sus adláteres, están convirtiéndose en apoyos de delitos cometidos en Cataluña. Se colocó marginalmente cuando acudió a las manifestaciones a favor de la independencia de Cataluña, haciendo gala de banderas ficticias, siendo usted un cargo público y, lo que es más grave, incumpliendo su promesa del día que aceptó el nombramiento de concejal.
Con sus decisiones, más propias de un aficionado ultra, está dejando el nombre de Castellón en el barro. No lo haga, ya que la gente, a pesar suyo, continuará practicando el ‘Españing’.
Y no se olvide de explicarnos las razones por las que ningún miembro de su ‘grupo’ acudió, como era su obligación, a la Fiesta de la Patrona de la Guardia Civil. Probablemente sería por órdenes de su ‘Major’.
¡Viva España!