Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
En el Independentismo Catalán, nada es lo que parecía.
Desde Puigdemont y Junqueras como líderes del PdCat y ERC, hasta el último de los independentistas, pensaban que acabarían por doblegar a las firmes Instituciones del Estado Español, con la única arma de su voluntarismo ciego, irracional y obstinado.
Erraron en sus cálculos, llevados inevitablemente por el desconocimiento que tienen todos ellos, desde el primero hasta el último, de lo que es una Democracia Occidental basada en un sistema legal firme y una Constitución que ejerce de ‘muro’ como dicen ellos.
Pero es un muro que nos protege a todos los españoles (incluidos los catalanes, tanto regionalistas como nacionalistas independentistas) contra la locura colectiva de cualquier grupúsculo como el suyo, que se empeñe en atacar los derechos colectivos de todos los españoles y que aunque a veces no lo parezca, respeta por encima de todo la independencia de los tres poderes.
En este caso, ellos siempre han estado convencidos de que en último término cabría un ‘pasteleo político’ con el Gobierno Español que les iba a indultar o a ‘sacarles las castañas del fuego’, cuando y como ellos decidieran.
Craso error, porque una vez ha intervenido la Fiscalía y la Judicatura para depurar y analizar todos sus evidentes delitos, la maquinaria judicial funciona libre e independientemente a su propio ritmo, que como todos sabemos ‘es lento pero seguro’.
El Gobierno tendría que esperar años a que se dictara la sentencia definitiva después de recurrir los delincuentes consecutivamente a cada instancia superior, para en último término, poder indultar a los delincuentes, pero no creo que ningún Gobierno Democrático de ningún tipo (a no ser que acabe Gobernando Podemos, sólo o muy mal acompañado) fuera a indultar a este corral de gallitos de pelea, que han acabado demostrando ser gallinas de corral.
Tanto los gallos como las gallinas, ponen huevos, pero de manera distinta.
Los gallos ponen los suyos propios, sólo dos, encima de la mesa cuando la ocasión lo requiere, para defender sus propias convicciones hasta las últimas consecuencias, asumiendo sus responsabilidades, a riesgo de que se los corten.
Las gallinas los suelen poner cada día, de uno en uno, pero esos huevos no son suyos propios o al menos no los disfrutan ellas, sino que sirven para alimentar a los demás, lo cual les convierte en animales solidarios y entrañables., cualidades estas dos de las que carecen los independistas, a los que llamo gallinas por su evidente cobardía para asumir sus responsabilidades.
Hasta la tarde del 26 de octubre, supongo que muchos catalanes independentistas, tenían a Puigdemont y a Junqueras en la consideración de ‘gallos’ inteligentes y preparados, conocedores de todos los recovecos políticos y legales que les iban a conducir hasta el independentismo sin variar un rumbo que ellos tenían claro y que en el momento que ellos consideraran oportuno harían la Declaración Unilateral de Independencia que sería irreversible.
Pero a medida que las cosas se iban complicando y ‘los diálogos ocultos’ (ellos siempre asumieron su papel de víctimas, aduciendo que el Gobierno no quería ‘dialogar’ con ellos, cuando siempre existieron esos ‘diálogos de besugos’ en los que cada uno solo oye lo que le interesa oír y niega el resto) aparecían en escena, nos encontramos en el corto espacio de muy pocas horas que salta primero a los medios de comunicación la noticia de que Puigdemont acepta convocar elecciones autonómicas para el 20 de Diciembre de 2017, renunciando a proclamar la DUI, con la intermediación del vasco Urkullu, a quien acabaran culpando del fracaso de su gestión.
Inmediatamente la fractura en el seno del Independentismo es tan evidente, que a ERC y la CUP mandan a sus “ejércitos populares” frente a la sede del PdCat, y les montan uno de esos escraches a los que son tan aficionados a Puigdemont, Junqueras, Ada Colau y Cia. y les acojonan de una forma evidente, obligando al President a ‘decir diego, donde había dicho digo’, a negar la convocatoria de elecciones el 20 de Diciembre y devolver la responsabilidad a un Parlamento Catalán que permanecía cerrado casi dos meses.
Se comenta en algunos medios, que incluso ofrece su renuncia como Presidente, dejando el cargo y la responsabilidad de firmar la DUI a su Vicepresidente de Gobierno, pero Oriol que tiene cara de bobo, pero parece no serlo del todo y no se siente entusiasmado con la idea.
Es decir ninguno de los dos gallos quiere poner sus huevos sobre la mesa, en forma de firma sobre el decreto de DUI y le trasfieren la responsabilidad al Parlamento Catalán para que sean los parlamentarios los que refrenden la Independencia con sus votos y sus firmas, como si a fin de cuentas eso no se hubiera llevado a cabo ya con anterioridad, cuando firmaron la Ley de Desvinculación los 72 que votaron a favor con su puño y letra.
El viernes por la mañana, tanto el Senado español, como el Parlamento Catalán se convierten en los dos trenes circulando en una misma vía y condenados a un choque frontal, en el que todos van a perder.
Unos con razón (los Constitucionalistas) y otros con la sinrazón de un voluntarismo ilegal, que les va a sacar del Gobierno Catalán por la fuerza con un costo político innegable que se podrá comprobar en las próximas elecciones autonómicas catalanas, que sin duda convocaran las autoridades que sitúe el Gobierno Español al frente de la Administración Catalana.
Poco antes de ese momento de la verdad, el Sr. Vila, Conseller de Empresas del Gobierno Catalán dimite de su cargo, para evitar responsabilidades posteriores con criterios que no comparte y mucho me temo que ya sea en forma de dimisiones o negando el voto positivo a la DUI, no va a ser esta la última dimisión y me temo que no se van a conseguir los suficientes votos para declararla, en cuyo caso todo este revuelo quedara en la nada mas absoluta desde el punto de vista político, pero no va a frenar el ritmo de los procesos judiciales en los que seguirán incursos todos los delincuentes, mientras el articulo 155 sigue su curso, tanto si se declara la DUI, como si no se consiguen los votos necesarios.
Como en algún momento hay que cerrar esta columna, lo hago a las 13,15 del mediodía del viernes 27 de Octubre, mientras un grupo de alcaldes independentistas movidos por sus dirigentes gritan vara de mando en la mano, en el Parlamento Catalán, sin darse cuenta de que actúan como marionetas de sus gallos que se han quedado en gallinas.
Postdata: A primera hora de esta tarde y mediante voto secreto (por gallinas) el circo del parlamento catalán con solo 70 votos a favor unos pocos en contra y 10 abstenciones, y en ausencia de los parlamentarios de Ciudadanos, PP y PSC, culminan la infamia de unos majaderos que acabaran con sus huesos entre rejas bien pronto.
