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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

El no muerto

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Rafa Cerdá Torres. Abogado.

Reza un viejo aforismo: "La Historia nunca se repite", sin embargo ocurren  situaciones que presentan muchas similitudes. Prácticamente desde el pasado 11 de diciembre, no han dejado de brotar noticias en referencia al estado de salud de Hugo Chávez, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Antes de Navidades, Chávez partió para Cuba, con la intención de someterse a una nueva intervención dentro del proceso cancerígeno que sufre. Parece ser que su estado de salud ha ido empeorando progresivamente, y a la vista de las actuaciones de los integrantes de Gobierno del dirigente venezolano, la cuenta atrás para su fallecimiento no ha hecho más que comenzar.

¿Cómo es posible qué un dirigente político que ganó en octubre de 2012 las elecciones presidenciales, no llegue siquiera a tomar posesión de su cargo?, ¿se enfrenta a un cáncer tan atroz que en cuestión de dos meses y medio haya sucumbido a la terrible enfermedad?...

Echemos la vista atrás, fijando el calendario en el mes de noviembre de 1975, en plena agonía del general Franco, quien estuvo prácticamente un mes y medio a las puertas de la muerte, con una dolencia cardíaca que complicaba todo su sistema vital, y sólo por una decisión carente de toda humanidad, se prolongó su vida de forma artificial sin una mínima esperanza de recuperación. En octubre de 1975 Franco sufrió una serie de infartos de miocardio agudos, pero según la información oficial, padecía un simple trastorno gripal. Ante la complicación de su estado de salud y el obligado ingreso hospitalario, se emitieron unos partes médicos enfarragosos, llenos de una jerga facultativa que en su pretensión de explicar, sólo confundía más. Ni un ápice de transparencia, todo ocultación y medias verdades a medida que la enfermedad devoraba al general. ¿Les suena?...cambien Madrid por La Habana, Franco por Chávez, añadan unas décadas y el escenario resultante se parece demasiado.

Si se comparan las declaraciones de los dirigentes y ministros venezolanos y españoles de las dos épocas, se comprueba como las declaraciones y discursos también presentan un enorme grado de similitud: cantos a la lealtad al dirigente enfermo, avisar al pueblo que el enemigo (el contubernio judeo-masónico por Franco y el imperialismo yanqui por el lado de Chávez) intenta confundir y engañar a través de medios de comunicación serviles y contrarios a la causa revolucionaria, y...todo menos afrontar la verdad.

Queda claro que la Venezuela de 2013 no es la dictadura de la España de 1975, pero tampoco es la patria de las libertades. Un contexto político ahogado por un chavismo que tiene como referente a la dictadura comunista de Cuba, y con omisiones flagrantes en terrenos como la garantía de los derechos de las minorías políticas, el libre ejercicio de la libertad de expresión con el respeto a los medios de comunicación no afines al poder, garantías jurídicas sólidas en materia económica para los inversores extranjeros, el alto nivel de corrupción,....

Chávez no está muerto, pero tampoco vivo para poder afrontar un nuevo mandato, y eso ya lo sabía mucho tiempo atrás. Engañó al pueblo venezolano. Su Gobierno sólo dirá la verdad una sola vez: en el momento en qué Chávez fallezca. Que al menos lo haga en paz.