Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Cuando la sociedad española creía que nada podría superar la putrefacción provocada entre otros por el caso Bárcenas y el de los sobres del PP, o por el caso de los EREs en Andalucía, por poner algunos de los más notorios ejemplos, nos acabamos de enterar de tal vez la “madre de todos los escándalos”.
Y es que el señor Rato, Vicepresidente económico del señor Aznar y antiguo Ministro de Economía y Hacienda, ha sido investigado y detenido por fraude fiscal y blanqueo de capitales. Y todo ello a raíz del dinero que regularizó con la amnistía fiscal del señor Montoro en el 2012. Es decir, que muy probablemente cuando el señor Rato era todopoderoso responsable económico del Gobierno de España ya tenía dinero en paraísos fiscales y era un evasor fiscal en toda regla.
Conviene recordar además para más inri, que el Gobierno de Aznar y de Rato llevó a cabo una privatización tremenda de buena parte de las empresas públicas de este país, entre ellas Telefónica. Y que se acusó de que las mismas fueron a parar a manos de personas muy cercanas al Gobierno y al PP.
Con todo ello, lo más brutal es que, según Santiago Menéndez, responsable de la Agencia Tributaria, 705 personas de las que se acogieron a la amnistía fiscal, además de Rato, están siendo investigadas en primera instancia y en una primera tanda por posible blanqueo de capitales. Y que esas 705 personas, según Hacienda, son altos cargos o ex altos cargos públicos, desde alcaldes hasta embajadores.
Si tenemos en cuenta que 32.000 personas, sí, treinta y dos mil, se acogieron a la amnistía fiscal del señor Montoro, cabe preguntarse cuántas de ellas eran políticos, ex políticos o familiares de los mismos. También cabe preguntarse si cabe mayor grado de putrefacción en la vida pública de este país, si es posible que la élite dirigente de este país pueda caer más bajo y ser más corrupta.
En este sentido, no está de más recordar que el FROB ha admitido que nunca se recuperará la mayor parte del dinero del rescate bancario, es decir que cerca de 40.000 millones de euros son irrecuperables, que casi todas las empresas del IBEX practican la elusión fiscal, y que el patrimonio de las grandes fortunas de este país ha aumentado con la crisis. Unamos todo ello a lo anterior y entenderemos porqué es urgente, casi vital, que nuestro país se someta casi a una refundación. O refundación o el caos de los ladrones.