Domingo Vicent. Portavoz de Ciutadans en el Ayuntamiento de Vila-real.
Una historia de terror es la que vive Vila-real este último año con Benlloch como protagonista principal. Primero, fueron los dos batacazos de los Fondos Europeos y ahora, el tren de la Intermodal. O lo que es lo mismo el tren de la la dinamización económica y la ocupación para la ciudad.
Después de un proceso lleno de injerencias y con favoritismos imperdonables y que no se ocultaban dentro del Partido Socialista, el informe técnico de la Generalitat ha resuelto lo que todos veníamos sospechando desde hacía unos meses, pero que algunos aún manteníamos la esperanza de que al final no fuera así. Castellón parece que finalmente, se llevará el gato al agua y a Vila-real le han quitado el caramelo como al niño que se lo quitan a la puerta de un colegio.
El alcalde habla ahora de “cosas que no cuadran” o de que “el proceso no ha sido limpio”. El victimismo al que nos tiene acostumbrados Benlloch no debería valer, pero tampoco debería valer que alguien presuntamente neutral como el President Puig manifieste alto y claro su preferencia por la capital de la provincia para albergar la Intermodal y que el alcalde diera la callada por respuesta. Pero es que no es el único también lo hicieron el Ministerio, o en su día un lobby como PortCastelló.
En Ciudadanos le vamos a exigir que nos entregue el documento técnico cuanto antes y que convoque una Junta de Portavoces para informarnos de los pormenores de la decisión del Consell. No vamos a permitir que Benlloch, quien se ha escondido detrás de las siglas durante todo el proceso, sin defenderlo con la contundencia requerida, ahora no responda ante los vecinos, que son, al fin y al cabo, los principales perjudicados.
La realidad es incontestable. Hoy por hoy, la Ciudad de las Marcas no cuenta con ayudas europeas y parece que haya perdido el tren. Y ya saben lo que dicen, un tren no pasa dos veces.