Mercedes Ventura. Diputada autonómica de Ciudadanos por Castellón.
El médico de atención primaria o médico de familia (comúnmente conocido) se ha convertido en el primer detector de problemas psicológicos. En este sentido, si nos vamos a los datos que ofrece la Organización Mundial de la Salud sobre atención primaria nos indican que el 53 por ciento de las consultas diarias que reciben los médicos son problemas psicológicos que pueden derivar a una sintomatología física.
Cuando se profundiza sobre el tratamiento que se aplica, la mayoría de los médicos se basan en el modelo biológico de actuación, ofreciendo un tratamiento farmacológico y solo en un 10 por ciento de los casos son derivados a Salud Mental. Los propios médicos se sienten desmoralizados porque en muchas ocasiones no tienen las herramientas para abordar un tratamiento a nivel psicológico ni por la formación, ya que entienden que es competencia de otros profesionales, ni por el tiempo porque tiene una gran carga de trabajo. El problema se agrava porque el paciente se siente insatisfecho por no ser derivado al especialista correspondiente y si es derivado hay una lista de espera, o por tener que tomar un tratamiento farmacológico que puede conllevar efectos secundarios y ello desencadena la cronicidad del paciente.
Esta problemática en atención primaria ha sido manifestada por los facultativos durante muchos años, pero parece que en la Comunidad Valenciana esta semana se ha dado respuesta a esta demanda con la aprobación por unanimidad de la propuesta de Ciudadanos para crear la figura de psicólogo clínico en atención primaria. La importancia de incorporar el psicólogo en atención primaria le da valor al Plan Estratégico de Salud Mental autonómico que se está elaborando.
En este sentido, es muy importante la colaboración del médico de familia con el psicólogo para poder ofrecer una respuesta temprana a trastornos psicológicos comunes o a casos de violencia de género, entre otras. Abordando el caso de violencia de género, el médico de familia es la primera ayuda que se acogen muchas mujeres víctimas de violencia, o bien porque las pacientes acuden por dolencias físicas que conllevarán a la detección por parte del médico de un maltrato, aunque esta no sea manifestada verbalmente, o bien porque los médicos de familia tienen una relación cercana con la paciente y se genera un vínculo de confianza que conlleva a la comunicación sobre su situación familiar.
Los últimos datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2015) indica que las mujeres que sufren malos tratos hacen mayor uso del sistema sanitario y aproximadamente un 24 por ciento de las mujeres acudieron a la consulta de atención primaria. Afortunadamente, los médicos han podido detectar casos de violencia de género e informar a la justicia, pero manifiestan que aún queda mucho camino por recorrer, como contar con un equipo en atención primaria que ofrezca apoyo psicológico a las víctimas de violencia para que puedan salir de esta espiral negativa a nivel familiar. Pero afortunadamente, la Comunidad Valenciana puede celebrar que se está trabajando para mejorar la eficacia en la sanidad.