Mercedes Ventura. Diputada autonómica de Ciudadanos por Castellón.
Muchos pensaban que el aire nuevo en la Administración oxigenaría nuestro sistema educativo y le dotaría de nuevas oportunidades. Pero esta visión optimista de muchos votantes ante el Gobierno del Botánico se ha convertido en una auténtica pesadilla para todas las etapas educativas. Una pesadilla que solo ha hecho que comenzar.
Todo empezó con imposiciones en la elección del centro educativo, continuó con la destrucción paulatinamente de la concertada y aquello que olía a privado e iba avanzado con un chantaje lingüístico.
Pero esta semana el equipo del conseller Marzà se ha atrevido a anunciar una situación suicida que no se atrevió a proponer ni el Partido Popular ni ninguna comunidad autónoma de ningún color político. Se ha atrevido a romper las ilusiones, esperanzas y el futuro de nuestros docentes e investigadores valencianos bloqueando su carrera profesional.
Hasta el STEPV le ha advertido que es una barbaridad que las Universidades valencianas, al igual que el resto de universidades españolas, no puedan seguir contratando de manera interina a los contratados doctores y que les inviten a marcharse porque le traslada la competencia al Gobierno central. Se lava las manos ciñéndose a la tasa de reposición. ¿Por qué no aplican la misma regla a todas sus políticas adoctrinadoras?
La situación que están creando es que el 31 de julio de 2017 muchos docentes tengan que abandonar forzosamente la Universidad porque el Consell lo indica, con grado de empatía cero con esta medida. Pues ya les adelanto que por ahí no vamos a pasar. Ustedes no pueden evadirse de sus responsabilidades y deben cumplir con sus competencias, que han sido transferidas en materia educativa dando respuestas a los centenares de docentes que ven peligrar sus puestos de trabajo. Porque como dice el STEPV, “no nos gusta que nuestra formación, pagada con dinero público, se pierda”. Y yo añado: “ni el esfuerzo ni la ilusión invertida”.
Solo pido que reflexionen que ser docente e investigador universitario en la actualidad está resultando un camino muy largo, costoso y con muchos baches, donde se debe demostrar la valía dedicando infinidad de recursos, quitado horas de ocio y familia. Y todo esto por pasión a la profesión.
Por este motivo, solicito al Consell que no rompa más sueños, que construya políticas de bienestar, que dignifique la carrera profesional del docente universitario y, finalmente, que dejen de destruir la educación.