Domingo Vicent. Portavoz de Ciutadans en el Ayuntamiento de Vila-real.
Esta semana se ha pronunciado el Tribunal Constitucional (TC) sobre la amnistía fiscal de Montoro. Esa amnistía que ha beneficiado a miembros del PP como el ex tesorero Luis Bárcenas o ex ministros como Rodrigo Rato. Esa amnistía vergonzosa e injusta que ha tenido que ser un juez quien decretase nula por la incompetencia de los gobernantes.
Sin embargo, el Gobierno se defiende afirmando que esta amnistía sirvió para evitar el rescate, pero ¿el rescate de quién? ¿de los defraudadores? ¿de la clase media?. En efecto, la medida supuso un expolio para la clase media y un rescate para aquellos patriotas que habían incumplido sistemáticamente con la Hacienda española.
Es cierto que, el partido, que cada vez que las cosas van mal, presume de salvador de la patria, había actuado en consecuencia salvando, pero a los suyos. Los amigos del PP fueron perdonados y los autónomos y trabajadores castigados.
Los tramposos en lugar de quedar descalificados, se alzaban con el primer premio, mientras la clase media observaba atónita como quedaban en la última posición, asfixiados por el bien común. El fallo del TC es claro, se han vulnerado derechos y deberes fundamentales, como los vinculados a contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. Todo un descrédito, sin duda, para el Gobierno de la gestión.
El mismo Gobierno de la gestión que está cosido de arriba debajo por casos de corrupción, casos que, por cierto, muchos de ellos también, están protagonizados por Bárcenas y Rato. En Vila-real, lo sabemos bien. El partido de la gestión dejó un urbanismo con muchos ceros, infraestructuras inútiles y una investigación por el presunto pago de unas facturas falsas.
Ahora, toca devolver los 3.000 millones de euros e investigar el origen ilícito de los fondos declarados. Ahora, toca asumir responsabilidades y dejar de proteger a los defraudadores para proteger a la clase media y trabajadora. Ahora, sí, toca trabajar por el bien común.