Noticias Castellón
jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Denigrando a las víctimas

Tiempo de Lectura: 2 minutos, 39 segundos

Noticias Relacionadas

David García. Alcalde de Nules.

Ayer me encontraba viendo las noticias cuando pude comprobar cómo decenas de miles de personas participaban en una marcha en Bilbao. Exigían, en resumen, el acercamiento de presos de ETA. Y me chocó y empecé a indagar, a leer los comunicados de la entidades organizadoras y ver realmente qué exigían con tanto ímpetu y preocupación.

Pero hubo una imagen que duró menos de 5 segundos y se me quedó muy marcada; se trataba de unas personas que llevaban pancartas con el nombre de ciudades andaluzas y una cifra que reflejaba la distancia entre el País Vasco y las mencionadas ciudades. Tras escuchar y leer a varios manifestantes, y a quienes les apoyaban, repetían una y otra vez el derecho de los presos a estar cerca de su casa.

En ese preciso instante han pasado por mi cabeza las más de 850 personas inocentes que fallecieron porque algunos entendieron que la mejor forma de hacer valer una idea política era torturando, asesinando, secuestrando, poniendo bombas… a todo aquel que se interpusiese en su camino.

Daba igual que fuesen ciudadanos que trabajaban para garantizar la seguridad (policías, guardias civiles, militares…), concejales o militantes de fuerzas políticas constitucionalistas como el caso de Miguel Ángel Blanco, empresarios, jubilados, periodistas, magistrados, civiles que decidieron un 19 de junio de 1987 realizar sus compras en un Hipercor de Barcelona o niños que, en su inocencia y sin tener maldad alguna, vivía junto a sus padres en la Casa Cuartel de Zaragoza un 11 de diciembre de 1987.

Por ejemplo aquel día fallecieron dos hermanas gemelas de solo 3 años y no me cabe duda de que a la hermana de estas Sara Barrera Alcaraz, viva hoy en día, le gustaría también tener derecho a estar cerca de los suyos. Pero no, no tiene la opción de hacer 800 kilómetros y ver a sus hermanas. Ni tendrá la esperanza de saber que, tarde o temprano, volverán a casa por navidad. Y como ella, tantos otros.

La movilización de ayer estaba impulsada, principalmente, por la red ciudadana Sare y exigían el respeto de los derechos humanos de los presos, que se diesen pasos hacia la resolución del conflicto para conseguir una paz justa y duradera donde no hubiese ni vencedores ni vencidos. Y estoy conforme en que no debe haber ni vencedores  ni vencidos y si mucha memoria para no olvidar que se trata de asesinos sin escrúpulos por un lado y víctimas por otro, en la mayor parte de casos personas inocentes.

Me duele el daño que se sigue haciendo a las víctimas del terrorismo, cuando la gente sale a la calle para pedir derechos, precisamente, para los asesinos. Para los que un día decidieron apretar un gatillo o poner una bomba y que en la mayoría de casos ni se han arrepentido ni han pedido perdón. Mi apoyo sincero y absoluto a las víctimas del terrorismo y el rechazo a ninguna medida que suponga denigrar la memoria, más aún si cabe, de los asesinados y sus familiares.