David García. Alcalde de Nules.
En Nules existía hasta hace dos años un ‘dedo mágico’ que todo lo decidía. Un dedo que estaba por encima de la ley de contratos del sector público y de la propia Constitución Española (por aquello de respetar el principio de igualdad de acceso a la función pública y contrataciones públicas). Un dedo que tenía tanto poder como para decidir qué personas gestionaban las casetas del mesón de la tapa en fiestas, el bar del estany en la playa de Nules, el bar social de Mascarell, el bar en el campo de fútbol, las máquinas de vending, el transporte urbano del municipio… y tantas cosas más. Algunos, no afines a aquel dedo mágico y todopoderoso, tuvieron incluso que sufrir amenazas por no doblegarse a sus deseos y condiciones para poder ser partícipes del festín privado, aunque fuese con dinero público.
Pero bueno había una cosa que ese dedo mágico no podía controlar, las urnas. Y un 24 de mayo de 2015 una mayoría de ciudadanos agraviados, cabreados pero ilusionados y esperanzados, decidieron apostar por aire fresco y renovado. Y pese a las pataletas, amenazas y llamadas de los que vivían cómodamente bajo el poder de aquel, el dedo tuvo que hacer sus maletas y marcharse. Aunque dormido se encuentra esperando con ansia una oportunidad para volver. Y que oscurezcan, nuevamente, la transparencia, participación y libertad de concurrencia para gestionar lo de todos, y que los amigos tengan privilegios en perjuicio de los demás (tu hijo, tú mismo…).
Otros, en cambio, seguiremos regando la transparencia e igualdad para que ese dedo mágico y sus formas duerman por mucho más tiempo.
