Diana Rubio. Politóloga experta en comunicación política, protocolo y eventos.
Andalucía, comunidad autónoma que se presenta especial, y más en terreno político, se encuentra inmersa dentro de un proceso de primarias, en las que algunos de sus representantes no creían, para elegir al nuevo líder del partido hasta ahora que más importancia ha tenido en la comunidad desde el inicio de la democracia, el Partido Socialista.
Desde que Griñán anunciara su retirada para los siguientes comicios autonómicos, varios han sido los candidatos que se han dispuesto al pie del cañón para representar a esta organización histórica en Andalucía.
Desde su llamada “mano derecha”, Susana Díaz considerada una política al 100% debido a su trayectoria, pasando por Planas, Consejero de Agricultura, hasta el popular alcalde de la localidad granadina de Jun. Las primarias del partido se preveen por tanto, con mucho movimiento.
Desde que se abriera el proceso de presentación de candidaturas, las cuales necesitan un mínimo de avales para poder presentarse, hay algo que me ha llamado mucho la atención; como hicieran otros políticos internacionales, Twitter se ha convertido en la voz cantante y medio oficial donde publican sus candidaturas. Los propios medios de comunicación tradicionales, zambullidos en las aguas de esta red social buscan poder dar la información que la red del pájaro azul les arrebata.
Aparte de resultarme chocante la masiva utilización de esta plataforma para aspectos tan importantes, también me preocupa. Estoy de acuerdo en que la comunicación evoluciona, y soy la primera que lo pone en práctica, pero considero que la mesura en su utilización es un punto vital y a su vez inexistente en el uso que muchos políticos hacen de las redes sociales.
¿Basta con la red, con el 2.0 para luchar por el liderazgo? ¿ Es lo primordial e imprescindible?
Creo que los candidatos que apuesten únicamente por esta vía, tenderán al fracasar en su carrera hacia la representación del partido en la tierra del blanco y verde que su bandera simboliza.
El ser líder, no sólo responde a ser el más popular en las redes sociales, es el luchar por esa popularidad en las distancias cortas, en el tú a tú que muchos tienen olvidados y que tan alto porcentaje de beneficio contiene. Porque hay un amplio grupo poblacional que no se encuentra en las redes sociales 2.0 y sí en las de siempre, en las que puedes abrazar o dar dos besos al candidato. Es necesario volver a los orígenes, donde conversar de manera presencial pase a ser un punto importante, donde la ciudadanía pueda comprobar con sus propios ojos el carisma, oratoria y personalidad de un futuro líder en el que poder confiar.
Por tanto, a todos aquellos candidatos que consideran que Twitter es la herramienta del futuro, la que les ayudará a conseguir sus propósitos políticos, no olvidemos que la política es una balanza equilibrada del 2.0 y la presencialidad literal.