José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Los políticos cuando gobiernan tienen tendencias idénticas, sin importar ideologías, ni tampoco que sus líderes lleven barba o coleta, den de mamar a sus hijos en el congreso, o que sus camisas sean con cuello Mao o lleven corbata y chaqueta como uniforme de trabajo. Una de ellas es la prepotencia, pues confunden gobernar con hacer lo que les pide el cuerpo o la mente, vaya usted a saber.
Este Consell ha puesto en práctica un lema que viene de antiguo, y que ya oía a una profesora de historia hace años, mira que eres tozudo, tu erre, que erre.
Eso es lo que está haciendo el ínclito Marzá en la Conselleria de Educación, ha campado a sus anchas y él erre que erre ha legislado lo que le ha pedido el cuerpo, y no solo eso, sino que lo ha hecho con la aquiescencia de un PSOE débil, sumiso y que como dicen en mi tierra ‘le bailan los nanos’, de ahí el estar el Molt Honorable en la cuerda floja, tema que trataremos en otro momento; volviendo a lo anterior, ocurre que los nanos, por mucho bailen, también se cansan y se les acaba la pila duracell.
La gota que colmó el vaso de la desfachatez en la pretensión de implantar un sistema educativo a base de decretos, en el que Generalitat-Conselleria hace oídos sordos a quienes no son de su cuerda, lo que viene a ser lo mismo que yo, yo y solo yo, ha sido su famoso decreto de plurilingüismo.
Decreto revanchista y abiertamente sectario, redactado desde la prepotencia, con el objetivo erre que erre, de crear un sistema único, público, y por supuesto laico, que no aconfesional, en donde las escuelas se convierten en casas del pueblo, aleccionadoradas y uniformizantes y en donde las familias pasan a un tercer, cuarto o quinto lugar, o peor aún, desaparecen, y en la que cuantas más horas de valenciano des, más horas de inglés te corresponden y consecuentemente más títulos vas a obtener de un modo automático.
Todo tiene un límite, pero ellos erre que erre les ha dado igual, y se han encontrado con que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana les ha parado los pies al aceptar el recurso de una entidad de Derecho Público, la Diputación de Alicante, pues consideró que no solo la Generalitat defiende los intereses de los ciudadanos y no solo eso, aceptó la medida cautelar de suspender el decreto.
Aunque hayan recurrirlo al TSJ, la justicia no les ha dado la razón, pues entiende que el decreto desde el inicio diferencia y discrimina a los alumnos en función del nivel de valenciano del colegio, lo que sin entrar en el fondo del asunto, merece como mínimo un tirón de orejas, la suspensión cautelar.
¿Qué hará el señor Conseller? Dimitir es una palabra que no existe en su vocabulario, por lo que una vez descartada la dimisión solo queda insumisión, es decir, tirar ‘p'adelante’ y liarse la manta a la cabeza erre que erre.
Un cambio de rumbo es posible, aunque siendo realista poco probable para el futuro candidato a la alcaldía de Castellón.
