José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Este es el número mágico con el que Rajoy, Susana Díaz o Incluso Alberto Fabra sueñan; es su objetivo, llegar a que el treinta y cuatro por ciento de los votos sean para su partido, a los que si añade los que regala por ser el primero en votos la ley D'Hont, dan como resultado mayoría cómoda para gobernar, bien absoluta, bien con acuerdos puntuales.
A diferencia de sistemas como el griego que al que más votos obtienen le regala 50 diputados, el que aquí se aplica los concede paulatinamente, provincia a provincia, bien es cierto que el resultado es el mismo en ambos casos ya que con un treinta y tantos por ciento se obtiene la mayoría. Los sistemas electorales europeos buscan el que haya partidos fuertes que recojan el sentir de un porcentaje alto de la sociedad y eviten la fragmentación hasta el infinito en pequeños partidos que hacen ingobernable un país.
Cada uno a su manera intenta arreglar su patio, barrerlo, poner orden, limpiarlo de malas hierbas e intentar evitar que vuelvan a crecer aunque el herbicida a usar sea en ocasiones demasiado fuerte o excesivamente oloroso.
Hechos los deberes cada uno espera encandilar a su electorado con anuncios de mejoras quien gobierna, por lo que hay que estar atento cada semana al Consejo de Ministros pues va a ser un año de concesiones importantes y para casi todos y como no un año de cifras, pues vamos a estar pendientes de si subimos un 2,4 o 2,9 y eso nos no irán dosificando para que lo paladeemos y asimilemos debidamente, en su justa medida y poco a poco.
La oposición nos hablará de la necesidad de cambio porque la corrupción se ha instalado en quien gobierna y para ello con algún que otro acierto presenta candidatos con tirón, como Gabilondo para Madrid, y también, como no hablará de políticas sociales reales para atender la situación social y real, lo que hoy tira mucho
Alberto Fabra, ya en nuestra tierra a diferencia de Rajoy no tiene tantos datos buenos que ofrecernos, le ha tocado bailar con la más fea de las feas, la que no quiso ni su jefe en Madrid; una Comunidad arruinada, fuente inagotable de corrupción por cualquier motivo o evento , con un montón de diputados regionales y ex consellers imputados que no querían irse, con el cierre de Canal Nou y por si fuera poco con una cantidad ingente de quintos columnistas heredados de la etapa de fastos de Camps.
La situación de quiebra técnica de la Comunidad le obliga a sucumbir y plegarse a Montoro y tiene que soportar los atrasos en pagos a Discapacitados, Colegios, Farmacéuticos y un largo etcétera que han dejado mal sabor de boca a demasiada gente, y con la que le va a costar mucho reconciliarse, no sé si tiene tiempo.
Ciertamente hemos sido un granero de votos importante para los populares, lamentablemente a cambio de muy poco; si consigue el 34 espero Molt Honorable que sepa utilizarlo adecuadamente y en beneficio de los valencianos de una vez.