Enrique Domínguez. Economista.
Querer buscar nuevos mercados para la cerámica castellonense y, por ende, española es algo inútil a estas alturas porque el sector ha tenido y tiene la suficiente capacidad y visión para exportar a la práctica totalidad de países del globo terráqueo. En cambio, buscar nuevos nichos de mercado en esos países a los que ya se está exportando no sólo no es algo inútil sino que es primordial, y lo va a ser cada vez más de cara a un próximo futuro, ya que la mayor parte de fabricantes va a contar con una tecnología muy similar; por ello, la existencia de clústers y de auténticos departamentos de marketing y de creatividad van a ser fundamentales para diferenciarse del competidor y, además, aportar mayor valor añadido al producto.
Latinoamérica ha sido un mercado poco significativo para las exportaciones españolas en general y castellonenses en particular. Así, mientras en el año 2000 las ventas de productos castellonenses a esa área supuso el 3,17% del valor total exportado, en 2015 representó el 3,31% y en 2016 el 3,89%. Esos porcentajes para el conjunto de las exportaciones españolas a Latinoamérica fueron del 3,11%, 3,28% y 2,77%, respectivamente.
Entonces, ¿por qué poner el acento en Latinoamérica? ¿Qué novedades hay que pueden mejorar sus expectativas como mercados de destino? Aunque, al final, cada contrato es un mundo y depende de la relación directa cliente-proveedor, sí es importante su situación económica como país y sus perspectivas de futuro.
En este sentido, las últimas previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicadas este mes de abril señalan una salida de la recesión del área en su conjunto, en términos del comportamiento del PIB, y una ligera mejoría para 2017 y bastante mayor para 2018. Bien es cierto que estas perspectivas pueden verse modificadas en sus próximos informes, máxime teniendo en cuenta la creciente incertidumbre internacional; pero también lo es que, hechas esas salvedades, se esperan aumentos del PIB relevantes para Perú, Colombia, Argentina y Chile y, en menor medida, en Brasil, que en 2017 verá crecer ya positiva, aunque ligeramente, su PIB.
Pero, estas mejores perspectivas económicas del FMI, ¿podrán significar mayores ventas de cerámica en esas áreas? ¿Son significativas?
El sector cerámico español ha exportado alrededor del 2% del valor total a esa área, menos en 2016 que en 2015; el italiano en torno al 1% de sus ventas totales en euros, a la baja en 2016. Sin embargo, en el primer bimestre de 2017 se aprecia un avance en términos porcentuales sobre igual periodo de 2016 del 28,6% para España y del 9,1% para Italia.
Para España en 2016 destacan por este orden, Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil y para Italia, Chile, Brasil, Argentina, Perú y Colombia.
Pero, de cara al futuro, es importante tener en cuenta que estos países tienen, en general, una producción autóctona y que lo que importan procede principalmente de China. En 2016, China es el primer proveedor para Colombia, Brasil, Chile y Perú y Brasil lo es para Argentina.
Y un aspecto más a tener en cuenta, el precio medio por metro cuadrado exportado por Italia a esos países es más del doble que el español salvo en lo remitido a Brasil en que muy similar. Tanto para España como para Italia los precios medios de sus envíos a esos países son superiores al precio medio del total de sus exportaciones de cerámica al mundo.
Y si, además, tenemos en cuenta los avatares de la política en esos países, a pesar de las buenas perspectivas del FMI, veo más las posibilidades de Latinoamérica para la cerámica española en la búsqueda de mejores clientes que en el envío de más metros cuadrados. ¿Qué piensan ustedes?
