Enrique Domínguez. Economista.
Otro año más, CERSAIE es el centro mundial del sector cerámico, el punto de análisis de su situación y perspectivas. El comportamiento positivo de Cevisama ¿se ratificará en la feria italiana? ¿Aumenta, se mantiene o se contrae el comercio internacional? La economía de los países a los que vendemos, ¿mejora, sigue igual, pierde fuelle o acentúa sus problemas?
La situación de los mercados internacionales a finales de septiembre y, sobre todo, en los próximos meses, no es la misma que en febrero cuando se celebró Cevisama. Se ha confirmado el incremento de las ventas a Estados Unidos, debido principalmente a la depreciación del euro; ha continuado la fuerte caída de lo facturado a la Federación rusa por la recesión de su economía; ha mejorado el mercado británico debido al auge de la construcción en ese país; se contrae lo enviado al Magreb y a un país tan inestable como Libia; sigue al alza lo facturado a un mercado tradicional como es Arabia Saudí; y se sigue temiendo a los fabricantes chinos ya que se va a solicitar que se renueven las medidas antidumping que desaparecen a finales de 2015.
Sin embargo, se han acentuado los problemas de la economía china y de los países emergentes, Brasil ha entrado en recesión y el comercio internacional camina hacia el estancamiento. Y la subida de los tipos de interés en USA creará tensión en los mercados.
CERSAIE permitirá constatar todo lo anterior y el tres de octubre se dirá que han aumentado los contactos, las ventas y que sus perspectivas son moderadamente positivas si bien el entorno internacional no es el más adecuado. Cada empresa señalará que sus clientes han visitado el stand, que han conocido las nuevas propuestas de la empresa y los nuevos productos y que están moderadamente optimistas ante un futuro en el que, sin embargo, deberán trabajar cada vez más.
Lógicamente, cada empresa es un mundo y cada una de ellas tiene sus objetivos y metas, aunque consigue lo que puede.
Los datos de exportación del sector español reflejan que el precio sigue siendo muy importante, que en muchos mercados se está vendiendo por precio y esto, en un mercado internacional de creciente competencia y con perspectivas de creciente ralentización, puede dar lugar a problemas importantes a medio e, incluso, a corto plazo. Sabemos, al comparar cifras y precios medios con Italia, que, en líneas generales, van por encima de los de las firmas españolas. Cambiar el chip no es labor de un día. Y ese es el problema y el reto para muchas de nuestras firmas.
Hablamos de calidad, de internacionalización, de innovación, de inversión en capital humano, de diseño, de investigación, de consolidación de una marca. Hay una marca paraguas, el “Tile of Spain” pero ¿nos debe bastar solo con esto? ¿Podemos diferenciar nuestro producto del de la competencia tanto interna como externa? El tamaño de nuestras empresas, ¿permite, salvo algunas honrosas excepciones, tener una marca propia?
Pero nuestras empresas, sobre todo las que de manera periódica acuden a CERSAIE, saben, como se suele decir, lo que cuesta un peine y tienen muy claro lo que la feria les puede dar y lo que deben hacer a partir del tres de octubre; saben que la calidad, la internacionalización, la formación es importante, aunque tal vez se debería mejorar en todo lo relativo al marketing y al conocimiento del gusto de sus clientes potenciales para, como he dicho muchas veces, pasar de vender lo que se fabrica a producir lo que tiene venta, lo que tiene mercado.
En este sentido, CERSAIE es, de nuevo, un reto para el sector cerámico español.
