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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:46

700.000 familias

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

Según la última EPA, el número de familias que no tiene ningún tipo de ingreso, ni de trabajo, ni de pensión, ni siquiera de subsidio, es de setecientas mil. De esta manera, desde finales del 2011 hay un 19 % más de familias en la que ninguno de sus miembros aporta nada a la unidad familiar y que están en la más absoluta indigencia. Así, en definitiva, y se dice pronto, 2,6 millones de personas carecen de ingresos.

A todo esto, debemos añadir que, según la OCDE, España es el país europeo donde más ha crecido la desigualdad y en el que peor se ha repartido el impacto de la crisis financiera y económica. Así, apenas se han reducido los ingresos del 10 % de la población más rica mientras que el 10 % de la población más pobre ha sufrido un 14 % de reducción anual de su renta. De hecho, la renta de la clase media y baja se ha reducido un 30 % en los dos últimos años. Al mismo tiempo, y como causa y consecuencia de lo anterior, las prestaciones por desempleo se han reducido 10 puntos porcentuales en dos años. Y ello con una tasa de paro que supera ampliamente el 25 % y con unas perspectivas nulas de crear empleo real (no minijobs ni tiempos parciales irrisorios) en los próximos años.

Unamos además el desmantelamiento brutal del Estado de Bienestar que padecemos los españoles, con tremendos hachazos a nuestro sistema educativo y sanitario;  la destrucción sistemática no sólo de derechos sociales sino también de derechos civiles, como por ejemplo con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana; la enorme corrupción, prácticamente impune, de las élites extractivas de este país, y tendremos el retrato completo. Es en este contexto donde se han producido las Marchas de la Dignidad, una manifestación que ha tenido un enorme éxito pese al empeño en sentido contrario de instancias oficiales y ciertos medios serviles y manipuladores. Es en este país, en esta realidad, donde ha muerto Adolfo Suárez, cuyo mayor mérito sin duda fue su intento de eliminar la tradicional vertiente africanista y asilvestrada que siempre ha mostrado la Derecha española. Como queda patente, Suárez fracasó en ese intento. La realidad es demasiado tozuda.