José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Lo que ocurre en Estados Unidos no son solo asuntos internos, opinar sobre ellos no es una intromisión inaceptable, que en caso de ocurrir en España no sería aceptada, más bien es lógico y normal, y me explico; en primer lugar porque cuando ocurre algún hecho o situación en nuestro país ,tanto dentro como fuera de la Unión Europea opinan sobre él lo que les da la gana y en segundo lugar porque Estados Unidos no es un país cualquiera; es la primera potencia económica del mundo y además es el Ejército de Occidente, o lo que es lo mismo, el mayor fabricante de armamento, así como el país que más invierte en defensa y el que acude ‘a apagar fuegos’ cuando hay algún bosque que se quema, aunque a veces, todo sea dicho, más que agua parece que echan napalm al fuego, a lo que hay que sumar que Rusia hasta hace un telediario y medio no tenía un rublo para gastarse en conflictos que fueran más allá de su entorno de influencia cercana y directa.
Dicho lo anterior, se percata y palpa en el ambiente que la nueva administración Trump puede tener la tentación de volver a la denostada época de caza de brujas, o lo que es lo mismo, a cercenar la libertad de expresión de una sociedad que tiene como uno de sus pilares fundamentales a la prensa y la libertad de expresión.
La presencia de ese cuarto poder es muy palpable en USA, y tal es su calibre que llegaron a conseguir que un presidente, Nixon por más señas, tuviera que dimitir ante el 'impischmen' al que se vio abocado tras la ardua investigación de periodistas del Washington Post y que hemos visto hasta en película, con Robert Redford al frente de un gran elenco de famosos artistas.
Si la prensa en USA se siente amordazada, real o imaginariamente, no es buena señal. Es cierto que durante la campaña electoral los grandes periódicos, detrás de los que se encuentran importantes grupos empresariales, se enfrentaron abiertamente al actual presidente y recibieron de su parte otros tantos desplantes y vapuleos; pero no deja de ser menos cierto que el señor Trump debe ser respetuoso y veraz con los medios de comunicación, que bien como prensa escrita, con los canales digitales correspondientes, o por televisión y redes sociales, tienen una influencia brutal en la sociedad americana.
Preocupa enormemente que se inicie una nueva etapa en la que los hechos son discutidos, y eso resulta inadmisible por los medios de comunicación, o dicho de otra forma, que si se está ampliando el muro con México, que se discuta ese hecho, o que si se va a utilizar la tortura como medio para conseguir la verdad en casos de terrorismo, que se discuta qué es tortura.
Podremos estar de acuerdo en los métodos; podremos estar de acuerdo o no en que sean legales y propios del siglo XXI, pero lo que no podemos discutir es que se está construyendo un muro o se está torturando para obtener la verdad.
Son reglas del juego que hay que aceptar, lo demás dictaduras encubiertas.