Federico Arnau. Comerciante jubilado.
España tiene ahora, en estos momentos, un problema que se llama independentistas catalanes, porque en una democracia todo el mundo tiene el derecho a expresarse y exponer sus criterios, acertados o no, pero dentro de un orden que la propia Constitución establece.
Hoy, cuando estoy escribiendo estas líneas, ya se ha producido la manifestación en Barcelona, donde, según la policía municipal, había 1.500.000 personas. Cataluña tiene 7 millones más o menos de habitantes, y algo más de 2 millones que estarían por la labor de independizarse, por lo tanto 2 o 3 millones no tienen por qué imponer su ley a los 4 millones restantes de catalanes, pero el delirio, siendo sus ciudadanos maduros democráticamente anteponen su personalidad al servicio de unos dirigentes políticos, que dentro de su borrachera cervical, son capaces de arrastrar como hipnotizados a estas personas, prometiendo el oro y el moro, cuando saben que eso no es verdad, ya que como mucho deberían de pasar varias décadas para que eso se pudiese producir, porque Cataluña no sería como Andorra.
Pero llegados a este punto, Uriol comentaba en Onda Cero, que mostrase el gobierno el documento en el que la Unión Europea dejaría a Cataluña fuera de la Unión, así como de los demás organismos mundiales.
Y mi modesta opinión al oír esto, así como otras historias a otros dirigentes políticos, me digo a mi mismo, ¿cómo estas personas podrían gobernar este estado nuevo? Si yo, que no tengo estudios superiores, solo con leer la Constitución ya me deja claro que la unidad de España es indivisible con todas las autonomías y nacionalidades. Y el polémico artículo 8, que algunos quieren cambiar, dice que el ejército Tierra Mar y Aire defenderá el territorio Español. He hecho un par de apuntes porque no es cuestión exponer los artículos.
Cuando estados, por la razón que sea, se han desintegrado en varias naciones, han tenido que empezar de cero y solicitar el ingreso a los diferentes organismos cumpliendo todos los requisitos que se exigen cuando un nuevo miembro quiere formar parte de dicha organización. Por ejemplo, integrarse en la Unión Europea; podría hacerse la petición pero para poder llegar a reunir todos los requisitos hacen falta años, eso es lo normal, y poder llegar a tener el bienestar que algunos tenían antes pues también les ha costado y les está costando, por lo tanto, montar toda esta parafernalia para poder llenarse más los bolsillos con mayor impunidad, no se debe consentir.
El gobierno de España y los partidos políticos responsables deben de cortar de raíz este capricho del señor Mas y sus amiguetes, actuando con las armas de la propia Constitución, pero no tenemos una unidad nacional porque el principal partido de la oposición no sabe dónde está; tuvimos un presidente nefasto y ahora tenemos un candidato que va por el mismo camino porque su capacidad es bastante corta.
Por lo tanto ¿Quién tiene que cortar esto? Su Majestad el rey Felipe VI como jefe del Estado Español y jefe de las Fuerzas Armadas, para hacer respetar la Constitución y la unidad que sus antepasados, Isabel y Fernando, unieron en sus reinados y, sobre todo, Aragón que fue el defensor de los Condados Catalanes incluido el Rosellón Francés.
S.M. Felipe VI desde que alcanzó el trono, debido a la abdicación de su padre el Rey Juan Carlos I, quizás sea este el peor escollo que se le plantee como jefe del Estado.
También su padre tuvo, al poco tiempo de ser rey, el secuestro del Congreso, y los tanques por la ciudad de Valencia haciendo temblar la nueva democracia; su padre, con los consejos de su abuelo, se puso el traje de militar de Tierra y lanzó el discurso por TV haciendo que los militares que estaban en contra obedecieran las órdenes del Jefe del Estado.
La provocación que estamos aguantando toda España y los cuatro millones de catalanes no independentistas se debe de terminar, porque esto no es un asalto al Congreso por fuerzas militares, esto es un asalto a la Constitución, al pueblo, y a los poderes del Estado, por unos delirios enfermizos que hay que ponerlos en el sitio que les corresponde, y si ese sitio es la cárcel por atentar contra la unidad de España, se detiene y punto.
Majestad, como ciudadano español, considero que usted mejor que nadie sabrá como deberá de actuar, y estoy convencido de que no necesita ningún consejo incluso como antaño su padre, porque usted está muchísimo mejor preparado para poder solventar esta papeleta y dar tranquilidad a esos cuatro millones de catalanes que han hecho su vida en esa comunidad, y que, en un supuesto de delirio colectivo de los independentistas, esas personas tuviesen que convertirse en refugiados.
La mayoría de los españoles ante la incompetencia de los políticos confiamos en que usted demuestre ser el rey que todos esperamos.