Federico Arnau. Comerciante jubilado.
Europa estará pendiente de la segunda vuelta de las elecciones francesas, por el escaso margen entre los candidatos finalistas.
Enmanuel Macron ofreció a los franceses un programa europeísta y defensor demócrata de la convivencia de todos los ciudadanos que conviven en la nación francesa, y al mismo tiempo aceptado por Bruselas, no perdiendo el peso específico que Francia tiene en Europa y en gran parte del mundo.
Marine Le Pen, tras parecer que ofrece en algunos temas básicos en poder aplicar lo mismo que otros partidos, la realidad es que es todo lo contrario, se desvincula de Europa, ofrece aspectos más de una dictadura, que una democracia, y lo mismo que la metedura de pata de Zapatero con su memoria histórica, aprovechada por la extrema izquierda y los independentistas, con la guerra civil española, Le Pen que para la mayoría de los franceses es una mujer digna de su padre, tiene malas ideas y se apoya metiendo los campos de concentración de la segunda guerra mundial, aun así en declaraciones ofrecidas por su padre, declara que su campaña ha sido demasiado suave, con lo cual es normal que los franceses no quieran a Le Pen, por el momento.
Hay algo que solo una nación como Francia, y los años en democracia, concretamente desde las primeras elecciones legislativas de 1791, pueda romper los esquemas, en los que han arrojado este resultado en las elecciones, eliminando a las fuerzas tradicionales y apostando por una extrema derecha, con un formado partido político y un candidato fresco sin la formación de un partido político para afrontar las próximas elecciones legislativas.
El ex ministro Margallo, PP expreso en TV 13, a la pregunta de si en un mes se puede formar un partido, respondió que hoy con las televisiones y las redes sociales es posible, respuesta en la que estuvo de acuerdo la ex ministra Cristina Alberdi, PSOE y seguramente si el 7 de Mayo Enmanuel Macron logra la presidencia, muchos ciudadanos se apuntaran a ese proyecto como una oportunidad de ocupar puestos vacíos.
Pero Macron una vez conseguida la presidencia, debería de formar su partido con mucho esmero y depurando todas aquellas personas que no ofrezcan total confianza en su currículo, de forma que no pudiesen afectar sus comportamientos en la presidencia.
Sin embargo Le Pen ya tiene ventaja en esto, como algún contratiempo en la justicia, que gracias a su aforamiento no sé la imputa ante el juez. Y este o estos deslices no le han pasado factura en las elecciones presidenciales.
Según algún medio parisino el 40% de las fuerzas de seguridad apoyaría a Le Pen, por no sentirse apoyados por unos gobiernos, que no les provee del material necesario para realizar con seguridad su trabajo, y esto los gendarmes, lo hicieron constar en la manifestación de los Parque Elíseos por la muerte de un compañero en acto terrorista.
Después de lo acontecido en EEUU, el cabreo de los propios franceses, por los impuestos que pagan al estado, y este mismo estado favorece de una forma escandalosa, a los inmigrantes, y a ciertos franceses que viven del cuento gracias a las subvenciones, que el estado les da por los hijos, no dan palo al agua y encima se guasean de los que trabajan, cumplen con el fisco y son legales, consiguen que el descontento crezca.
Y Crece también, porque a los franceses autónomos, ganaderos o agrícolas los hacen pasar por el tubo, no permitiéndoles ciertos productos prohibidos en Francia cuando en otros países de la Comunidad Europea si se permiten, y encima son más económicos.
Los franceses no son tontos, ni tan impulsivos como los españoles, salvo los de la costa mediterránea, tienen el doble de sueldo, pagan el doble de impuestos, y algunas cosas son mucho más caras que en nuestro país, pero son defensores de su país, son patriotas y aunque sus gobiernos les jodan no les importa ondear su bandera y salir cantando la Marsellesa, como ocurrió en el Estadio de Francia de Paris, cosa que en España solo somos capaces de hacerlo cuando se gana un Eurocopa o un Mundial.
Y por eso han dado el varapalo a los partidos tradicionales, y han puesto en jaque mate como una jugada de ajedrez se tratara la presidencia del Estado Francés, Macron puede tener los votos de los inmigrantes, los musulmanes, y todos aquellos franceses que decidan seguir apostando por Europa, aunque le falte mucho, para que todos los europeos nos sintamos igual, y no europeos de primera, segunda o tercera división.
Nada más terminar el escrutinio de los votos se hizo una encuesta con 1893 votantes con un margen de error entre el 1 y el 2.3 %, dando un resultado del 60.5% para Emmanuel Macron, y el 39.5 % para Marie Le Pen, resultados que según varios medios franceses auguran para el 7 de Mayo.
Mientras llega ese día para conocer quien dirigirá los destinos de Francia, y esperando que no haya 'hackers' que puedan alterar los resultados, esperemos que la cordura y la responsabilidad den ejemplo de la madurez democrática y no jugar a experimentos que no son nada recomendables para el propio país y para el resto de socios.