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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Las Normas de Castelló del 32 o la mentira intelectual

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Federico Arnau. Comerciante jubilado.

La semana pasada celebramos a bombo y platillo la celebración de los actos conmemorativos de las Normas del 32 de Castellón, en las que se regulaban las bases para la correcta escritura del valenciano.

Estos actos suponen para los gobiernos mal llamados progresistas, invertir el proceso del Partido Popular durante las últimas décadas para minorizar nuestra lengua.

Según los progresistas intelectuales de Castellón, esta fue la ciudad del proceso de asentamiento de las bases del catalán. ¿No eran las bases para la correcta escritura del valenciano?

La pretensión de los progresistas nacionalistas es reivindicar la importancia de Castellón en la normalización del valenciano y luchar para que esté presente en todos los ámbitos de la vida pública. ¿En qué quedamos en la normalización del valenciano o en el asentamiento de las bases del catalán?

La vicealcaldesa de Castellón, Ali Brancal, y su gran cultura, he inteligencia intelectual, declaro los esfuerzos del Ayuntamiento y la Generalitat para revertir nuestra lengua tras los sucesivos gobiernos del PP, que se han encargado de infravalorar, minorizar y restar visibilidad al valenciano, convirtiendo a todos sus hablantes en ciudadanos de segunda.

Que se reconozcan las bases ortográficas de forma unificada en todos los territorios de habla catalana, algo que no sucede por la división que el PP ha provocado en el País Valencia, Aragón y las Islas Baleares.

Si repasamos diferentes artículos y publicaciones sobre el tema de la lengua valenciana, observamos que todo es una gran mentira intelectual aprovechada por intereses políticos ante el analfabetismo de aquellos años.

El valenciano ya se golpeó fuertemente en la ‘Guerra de Sucesión’ del siglo XVIII con los decretos de nueva planta donde perdió los usos oficiales.

Manuel Sanchis Guarnes nos dice que en 1913 eran promulgadas oficialmente en Barcelona las ‘Normas ortográficas’ del  Institut d´Estudis Catalans, respaldadas por la mancomunidad de Cataluña, inspiradas por Pompeu Fabra, las cuales fueron aceptadas por los valencianistas catalanistas del grupo ‘Valencia Nova’.

Estas normas del catalán, normalizan las formas del auténtico idioma el Barceloni.

El 21 de Diciembre de 1932 se reúnen en Castellón los representantes de las entidades y publicaciones  valencianas, con el fin de regular la escritura, para que las diferente publicaciones no se diferenciaran de otras, siendo algunas de ellas en párrafos difíciles de entender, por lo que creaba dudas en los intelectuales del momento.

En esta reunión, donde no había habido estudios previos, ni discusiones para la correcta utilización de la ortografía, aceptaron por un espíritu de concordia unas normas ortográficas unificadoras que son una adaptación del Institud d´Estudis Catalans.

De hecho tenemos algunas variantes que nos indican que aunque primos no son hermanos el idioma catalán y el dialecto valenciano.

Valenciano-estilisacio y Catalan- estilitzacio, este y no aquest, atre y no altre, nosatres y no nosaltres, hui y no avui,  eixe y no aqueix,  creixcut y no crescut,  eixida y no sortida, chiqueta y no noya,   pebrera y no pebrot,  se nanarem y no sortirem.

Estas normas ni son de Castellón ni son Valencianas, son un ataque al valenciano por parte de unos valencianos catalanistas incluso alguno de ellos pertenecientes a la Asociación Cultural Castellonense o a lo Rap Penat firmantes de dichas normas junto a representantes de las publicaciones y que hoy en día siguen estando y defendiendo la estafa de estas normas en los diferente partidos generalmente izquierdistas y nacionalistas.

La cultura inteligente del que fue responsable de cultura en su época el señor Ciscar, dijo que la Academia de Cultura Valenciana hoy Real Academia, surgió en 1977 y lo único que habían hecho sus miembros es crear confusión.

Poca cultura tenia este señor progresista del momento, cuando ignoraba  que en 1915 se fundó el Centro de Cultura Valenciana con estatutos y reglamentos plenamente académicos para el ámbito del Reino de Valencia.

El único cambio habido fue el de Centro por Academia, pero no sus estatutos ni reglamentos, por lo que nunca ha dejado de funcionar y siempre ha merecido el reconocimiento y el respeto de todos los regímenes políticos que han gobernado España a lo largo del tiempo, como han sido las Repúblicas, o las dictaduras de Primo de Rivera o de Franco.

Igual que las Normas del 32 es una mentira, como algunos quieren hacer creer que el valenciano estaba perseguido, cierto es que en las escuelas y los centros oficiales se escribía y  hablaba en castellano, sobre todo escribir, porque hablar se hablaba tanto en castellano como en valenciano.

Nadie jamás desde que tengo uso de razón me han prohibido hablar el valenciano ni tan siquiera en el patio de colegio, y en las fiestas de Agosto en las calles se hacían representaciones de teatro valenciano, por lo tanto en que se basan los progresistas en decir que se ha intentado minorizar el valenciano, eso es una mentira, lo que ocurre es que queda muy bien políticamente.

Ante tanta mentira , tanta incultura, tanta dictadura, hay que hacer que cada parte del antiguo Reino de Valencia hable y escriba como en su comarca se hace, y si se quiere unificar el valenciano, hágase, lo más cercano a la realidad son las Normas del Puig que sus palabras no están catalanizadas, y los políticos deberían de dejar sin valor el actual valenciano catalanizado y adaptar una lengua nuestra propia , como somos en esta tierra y no en Cataluña, ni tan siquiera en Baleares, dejando de manipular, pues no somos los analfabetos del 32 

Señora Brancal si quiere que seamos ciudadanos de primera y no de segunda, empiece usted por ser leal a esta tierra, la Comunitat Valenciana.