Federico Félix Real. Presidente de la Fundación Pro-AVE. Vicepresidente para España de FERRMED.
La reciente formación de Gobierno en nuestro país que ha permitido normalizar la vida institucional, ha producido varios cambios en las distintas carteras ministeriales. En el Ministerio de Fomento, tenemos nuevo responsable y permitan que haga esta afirmación, en tono jocoso y con el símil futbolístico de que, ‘a nuevo entrenador, victoria segura’.
Sabemos que el nuevo inquilino del ministerio estará empapándose de los proyectos en los que se está trabajando y, seguro que le han facilitado un expediente enorme y desgastado con el título Corredor Mediterráneo. Digo enorme porque son tantas las veces que se han anunciado fechas, que luego no se han cumplido que habrá muchísimos informes que lo justifiquen. Y digo desgastado porque ha pasado por tantas manos que uno puede hacerse a la idea de su estado.
Lamentarnos porque ni en el primero, ni en el segundo, ni el tercer nivel del nuevo Gobierno hay políticos o técnicos de la Comunidad Valenciana, sirve de poco a estas alturas, aunque daría para escribir otro artículo sobre la nula influencia que los valencianos tenemos en la política nacional. En teoría, si creemos en la responsabilidad y profesionalidad de los que nos dirigen, no debiera importar de dónde se es, sino si se es equitativo y se actúa con racionalidad.
Pero una cosa es no lamentarnos y otra, muy diferente asumir que, porque el nuevo ministro no es mediterráneo, no es de la Comunidad Valenciana, dejará en el olvido el que sin duda es el proyecto más importante, desde el punto de vista de planificación logística y productiva, con el que cuenta nuestro país. Por decirlo claro, estamos seguros de que el nuevo Ministro tiene muy claro, por su procedencia Cántabra, que no basta con la actual concepción radial de las infraestructuras en nuestro país sino que debe complementarse con la España circular, en la que el Corredor Mediterráneo es clave.
Sobre el Corredor se han escrito ríos de tinta y se ha denunciado hasta la saciedad la falta de planificación, la ausencia de racionalidad y el agravio que supone para un territorio que arroja las siguientes cifras: 50% de la población española, 45% del PIB del país, 47% del tejido productivo, 46% del empleo, 51% de la exportación de bienes, 63% del tráfico de mercancías portuarias y que ocupa el 7º puesto de importancia por PIB en la UE.
Pero el proyecto existe y se está ejecutando. Eso sí, va avanzando, lentamente, desestructuradamente y necesitamos de una vez por todas que desde el Gobierno de España existan compromisos serios, contrastables y que se cumplan, sobre la finalización de la infraestructura.
Y un compromiso claro sería, comprometerse en el corto plazo, para 2017, a que exista alta velocidad entre Alicante y Barcelona, de forma que se acabe con un sinsentido como es que la segunda (Barcelona) y la tercera (Valencia) ciudades de España no estén conectadas en alta velocidad, en el país con más kilómetros de AVE después de China.
Y para que los plazos se cumplan, es determinante que se acabe la colocación del conocido como tercer hilo, como solución provisional. El tercer carril nunca ha sido la solución definitiva al problema de conexión ferroviaria de la Comunidad Valenciana con el resto de Europa. Hasta que no haya doble plataforma no habrá Corredor Mediterráneo, pero la doble plataforma puede tardar más de 10 años y entretanto debe avanzarse para que los viajeros, una pequeña parte de nuestras mercancías, hortofrutícolas, automovilística, etc., se conecten con el centro, norte y este de Europa por ferrocarril, de esta forma demostraremos los importantes ahorros en costos y tiempos, que resultan determinantes para aumentar la competitividad de nuestras empresas, ahorros que aumentaran en el futuro cuando dispongamos de la doble plataforma. Y el tercer carril, aunque absolutamente insuficiente, es la única oportunidad en el corto plazo.
Recientemente se ha presentado por parte de AVE el canal de comunicación www.elcorredormediterraneo.com reivindicando con toda firmeza el carácter imprescindible de esta plataforma para el desarrollo futuro de nuestra economía, así como la necesidad de que esté operativa en 2025. Pero mientras tanto, nuestro turismo, nuestra agricultura, nuestra industria y nuestros sectores exportadores necesitan una solución inmediata, aunque sea provisional y manifiestamente insuficiente.
Señor Ministro, suerte el próximo domingo, porque su éxito será el éxito del Corredor Mediterráneo.