Noticias Castellón
miércoles, 12 de marzo de 2025 | Última actualización: 22:36

Historias de verano: Tecnología en el paleolítico (II)

Tiempo de Lectura: 2 minutos, 45 segundos

Noticias Relacionadas

Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

La semana pasada introducíamos la historia que vamos a desarrollar las próximas columnas, que no es otra que la del desarrollo tecnológico primerizo de nuestra especie. El desarrollo tecnológico fue basado en el uso de piedras, lo que se conoce como industria lítica. Es la industria más antigua que se conoce, ya que los ancestros del ser humano han usado este tipo de herramientas desde hace por lo menos 2.500.000 años. Las herramientas líticas constituyeron una adquisición importante para el desarrollo de nuestra especie, ya que sin ellas no hubiéramos podido adaptarnos a nuevos ambientes al permitir modificar la dieta alimentaria (incorporando tubérculos o proteínas procedentes de grandes herbívoros).  La capacidad de producción de herramientas se ha desarrollado exponencialmente, desde las primeras piedras talladas por una cara hasta los complejos ordenadores y máquinas de la actualidad, pasando por toda una serie de técnicas muy diversas, pero siempre tratando siempre de aprovechar sus cualidades y fenómenos para la consecución de unos objetivos concretos en la tarea: primero, para adaptarse al medio y después para adaptar el medio a nosotros, y segundo, mejorar las características de las herramientas aprendiendo de los problemas de las anteriores.

La tecnología en la humanidad se inicia en el período “Olduvayense”, que recibe el nombre por el yacimiento donde se descubrieron por primera vez piezas que señalaban su existencia. Comprende el período de tiempo desde, aproximadamente 2.500.000 hasta 1.000.000 a. C, un período bastante largo. El gran elemento característico de este período es el canto tallado, es decir, una piedra en la cual se forma un filo rompiendo un trozo con otra piedra, llamada percutor. Los primeros seres humanos hacían chocar unas piedras (normalmente sílex) con otras iguales, y al romperse quedaba un filo que podían utilizar. Sin embargo, estas herramientas eran muy endebles y el filo se desgastaba al poco rato de uso.

Estas herramientas y los elementos que se han encontrado en el mismo nivel temporal señalan que los fabricantes de herramientas “olduvayenses” serían fundamentalmente vegetarianos, forrajeadores, y marginalmente,  carroñeros ocasionales; que se servían de sus herramientas para poder cortar trozos de tamaño manejable con la mayor rapidez posible y así ponerse a salvo enseguida para evitar el enfrentamiento directo con carnívoros más poderosos. Al principio el acceso a cadáveres abandonados por depredadores, o muertos por enfermedad, sería ocasional. Seguramente, con el tiempo, el acceso a la carne carroñera se hizo más constante y organizado. A pesar de ello, la caza no sería una opción de supervivencia; sólo la recolección aseguraba la subsistencia diaria. De hecho, los primeros humanos eran presa de grandes carnívoros, al más puro estilo del circo romano.

Sin embargo, aún nos queda mucho que contar. Por ahora, tenemos un ser humano que ha empezado a descubrir el potencial de las herramientas y las ha aplicado para resolver algunos problemas que ha encontrado. La semana que viene seguimos con la historia. Como siempre, comentarios abiertos para dudas, opiniones… así estas columnas son mucho más ricas y completas. Hasta la semana que viene.