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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 17:46

Historias de verano: Tecnología en el paleolítico (IV)

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Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

La semana pasada introducimos la tecnología “achelense”, caracterizada por el desarrollo de bifaces. Es muy importante este período, ya que posiblemente sea la primera herramienta con un estándar operativo y la primera vez que se generaliza el concepto de técnica en todo el mundo a través de un objeto. Esta capacidad para producir estas herramientas con un potencial de uso extraordinario, convirtieron el “achelense” en uno de los sistemas técnicos más perseverantes de la historia, y que ha permitido a la humanidad adaptarse y avanzar hacia las tecnologías modernas.

Pasado el período anterior, llegamos al “musteriense” que comprende mucho menos tiempo que sus precedesores, entre 300000 y 35000 a.C. Los períodos normalmente sufren adaptaciones según el clima de la época. Se considera que en este período, se crearon las primeras cabañas al aire libre en lugares cálidos, y aparecen los primeros enterramientos relacionados con rituales funerarios, canibalismo y cultos místicos.

La industria lítica se encuentra basada sobre lascas (láminas que se desprenden al golpear la piedra oblicuamente, como cuando se golpea una pizarra) y se caracteriza por el uso de una mejorada técnica de talla que permite realizar útiles más especializados. Consiste en obtener una o varias lascas de forma predeterminada a partir de un golpeo particular de la piedra madre preparada previamente. Así, se producen lascas de formas más o menos triangulares o de tortuga, de las que pueden surgir, con retoques marginales, raederas, o con un retoque mayor, puntas de proyectil.

 En este período aparecen los proyectiles. El ser humano aspiraba a cazar animales que huían rápido (ya que los lentos eran grandes y le podían matar en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo), pero con sus lanzas o bifaces eran imposibles de atrapar. Así, que desarrolló el concepto de arco y flecha, que eran capaces de ser más rápidas que el propio animal. Como punta de proyectil utilizaba las lascas obtenidas en este período, atadas con fibras vegetales a una rama.

A continuación llegó el período “auriñacense” (40.000 — 30.000 a. C.) donde se desarrollaron láminas, piezas como grandes lascas que permitían realizar operaciones de corte rápidamente. También tuvo su desarrollo la industria ósea, con mangos, punzones, bastones… Incluso se empezaron a realizar las primeras estatuillas zoomorfas, de mamuts en especial, proyectadas sobre marfil.

Llegamos prácticamente al final de esta historia. Está a punto de suceder uno de los grandes hitos de la humanidad, el descubrimiento de los metales y su utilización. Con todo lo aprendido hasta el momento, el ser humano está en condiciones de coronarse como especie superior al resto y continuar con su desarrollo evolutivo. Espero que estas historias de verano hayan sido llevaderas e interesantes. Mirar la historia siempre debe de ser una asignatura obligada, incluso en la tecnología. Como siempre, comentarios abiertos para dudas, opiniones. Hasta la semana que viene.