José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Homer Simpson, la caricatura feroz, irónica, sin piedad y a la vez entrañable del americano medio, a través del que su creador se recrea ridiculizando sus defectos más evidentes así como el modo de vivir, utiliza esta expresión en las exposiciones de temas serios, de papanatas que pretenden venderle algo, o incluso cuando le dan un cursillo de reciclaje en su puesto de trabajo que no podía ser otro que el de una central nuclear con pocas medidas de seguridad.
El verano en general en nuestro país suele ser época de más relajo, de bajar la intensidad de las actuaciones políticas, y de tregua en los asuntos de política, que agradecemos se queden en un segundo plano, tratando temas típicos y hablando de los tópicos propios de la estación estival, que si vaya calor hemos pasado esta noche, que hay que ver la cantidad de jóvenes que han venido al FIB, que pena que Benicàssim no se habrá más al turismo exterior, etc…etc...
Pero no hay manera, los periódicos, las emisoras de radio no sabemos con certeza si van a dar vacaciones a sus primeros espadas desde finales de julio hasta la primera semana de septiembre, como suele ser habitual, o este año con ‘lo de Catalunya’ van a tener que estar al pie del cañón, pues cuanto más se acerca la fecha prevista para no sé qué muy bien, más se va calentando el ambiente.
La repercusión de ‘lo catalán’ para el resto de los españoles se está convirtiendo en un sonsonete, que nos resumen los informativos de televisión (no nos enteramos de nada) que en las ya cotidianas tertulias nos lo enredan un poco más, y los periódicos nos regalan con sesudos artículos abordan desde muy diversas ópticas el asunto de marras.
Todo esto ocurre por una razón muy simple: todos sabemos que ni se va a celebrar el referéndum, ni se van a comprar urnas, ni van a haber partidas económicas de los presupuestos dedicadas a tal menester, porque nadie va a firmar nada, nadie va a querer ser el responsable último de actuaciones que a posteriori les puedan llevar no únicamente a la inhabilitación para cargo público sino que supongan consecuencias económicas y penales. Está muy bien ir arropado por alcaldes a declarar al juzgado y recibir palmaditas, pero quien al final declara y puede ser sancionado es quien ha firmado o desobedecido directamente.
Sí, es cierto que están consiguiendo que se hable de ello, como ese ‘run run’ de fondo de las cigarras que oímos en verano cuando hace más calor, pero solo eso. La situación política no favorece la consulta y todos lo sabemos, aunque no lo decimos.
Va a ser un verano aburrido, monótono, casi aletargado, en el que los políticos no van a tener vacaciones ,adormeciéndonos y casi hastiándonos con un tema manido hasta la saciedad, una pena porque me gustaría poder centrarme en lo importante del verano, desconectar y cargar pilas , pero nos va a tocar aguantar esta pesada diatriba, ¡Me aburro!