Javier Valls. Director de Formación y Empleo de la Cámara de Comercio de Castellón.
El Servicio Público de Empleo Estatal acaba de publicar a través de su observatorio de las ocupaciones, el estudio sobre los perfiles de la oferta de empleo 2015, basado en las necesidades que las empresas difunden a la hora de buscar candidatos para cubrir sus puestos de trabajo. Es un buen manual para tener en cuenta, tanto por las personas que quieran incorporarse al mercado laboral, como por aquellas que, estando ocupadas no, quieran quedarse fuera de juego.
Entre las conclusiones me permito destacar algunos de los aspectos más significativos del estudio:
*Las competencias que se requieren de los candidatos han venido evolucionando y han pasado del concepto tradicional de tareas y habilidades a funciones y competencias. Donde lo que se valora especialmente es la capacidad de polivalencia que en muchos casos se ha de compatibilizar con un alto grado de especialización, así como del conocimiento del propio sector/ramo económico y de sus interrelaciones, que están en constante cambio y transformación, a las que los profesionales se han de adaptar.
*En las ofertas, la aptitud, se entiende como el conjunto de condiciones que hacen a un profesional idóneo para desempeñar una función determinada. Pero, además de “conocer la profesión”, se requiere un plus que aporte algo más al desempeño de un determinado puesto de trabajo. Las ofertas detallan las competencias técnicas requeridas, pero cada vez más los empleadores dan mayor importancia a la actitud de los candidatos ante el trabajo, por lo que están muy presentes en los anuncios las habilidades personales y sociales. Estas actitudes ejercidas en el desempeño del trabajo, sea con compañeros, clientes, proveedores, etc., son determinantes en las relaciones laborales actuales, tanto para acceder al empleo como para mantenerlo. Se han convertido en un requisito transversal en la mayoría de las ocupaciones.
*Por su presencia constante en las ofertas, las siguientes actitudes son fundamentales a la hora de buscar, encontrar y mantener el trabajo, o directamente crearlo:
-Responsabilidad y compromiso con los objetivos de la empresa
-Iniciativa y dinamismo. Proactividad
-Trabajo en equipo
-Buen comunicador, ánimo comercial.
-Actitud creativa y negociadora
-Disposición al aprendizaje continúo
-Inclinación a la innovación y a nuevos métodos de trabajo
-Calidad y excelencia en el trabajo
-Orientación al cliente y a objetivos
-Esfuerzo, flexibilidad, organización, perseverancia, etc.
*Si alguna competencia destaca sobremanera, esa es la función comercial y la orientación al cliente.
*Se especifica expresamente la necesidad de poseer experiencia previa, y teniendo en cuenta que muchos desempleados no la pueden acreditar, se hace necesario buscar alternativas y establecer puentes en el recorrido: formación-prácticas-trabajo.
*El conocimiento de idiomas es otro requerimiento primordial en el ejercicio de muchas profesiones, está cada vez más presente en las ofertas, e incluso para ocupaciones no necesariamente cualificadas o técnicas. El inglés, con un nivel elevado, sigue siendo el idioma por excelencia del mundo laboral, permitiendo el acceso a oportunidades de empleo dentro y fuera de nuestras fronteras. La internacionalización de las relaciones de todo tipo, no sólo comerciales y laborales, está en el trasfondo de la cuestión.
*Las habilidades relacionadas con las tecnologías de información y la comunicación, las denominadas habilidades TIC, son otro de esos requisitos que con carácter general más se demandan, hasta el extremo de que a nivel de usuario y para muchas ocupaciones se obvian por haber pasado a formar parte, ya no solamente del trabajo, sino de la vida cotidiana en general.
*Actualmente cualquier actividad y ocupación esconden nichos de actividad que brindan oportunidades generadoras de empleo por cuenta propia.
*La movilidad, tanto geográfica como funcional e incluso ocupacional, se ha incorporado al mercado de trabajo definitivamente.
En cuanto a los aspectos formativos requeridos, la formación es un pilar fundamental en el desarrollo profesional y queda reflejado en la diversidad de conocimientos y competencias que se solicitan en las ofertas de empleo. Se valora cada vez más la formación en áreas complementarias a la ocupación. Los empleadores insisten en lo referente a la cualificación y especialización continua de los candidatos, partiendo de un perfil con actitud polivalente y comprometida ante el trabajo, así como aptitudes especializadas y puestas al día; punto de partida que aporta valor al candidato e incrementa de manera significativa sus probabilidades laborales.