Jorge Fuentes. Embajador de España.
A lo largo de nuestra vida, mi familia y yo hemos residido en una decena de países, todos ellos europeos, excepto los Estados Unidos y Túnez, y puedo asegurarles que en ninguno de ellos existe un sistema sanitario tan favorable para los ciudadanos como en España.
Incluso en aquellos que tienen una merecida reputación de poseer un sólido régimen de seguridad social, como es el caso de los países escandinavos, el paciente tiene que abonar una cierta cantidad en concepto de copago, cada vez que visita al médico (22 euros) y el doble de dicha suma si acude a urgencias, con un tope anual de 135 euros a partir del cual el enfermo deberá hacer frente a todo el gasto.
Recuerden que cuando apareció el brote de ébola en España y en los EEUU, nuestra paciente fue atendida eficazmente de forma gratuita en tanto que la enferma estadounidense tuvo que acudir al hospital con un cheque de medio millón de dólares en la mano. La duda es de dónde los sacaría la modesta enfermera.
Algunos sectores de la sanidad son ciertamente mejor atendidos en ciertos países en que cuidan más algunos aspectos sociales como es el equilibrio demográfico, favorecen la maternidad y aseguran hasta 18 meses de baja respetando el 80% del salario, o tres meses de baja por paternidad con cada nuevo hijo. Este es también el caso de los países nórdicos.
Aunque estos beneficios de maternidad no son tan favorables en España y ello explica, entre otras razones el decrecimiento de la natalidad en nuestro país, en conjunto repito que en general el enfermo se ve muy protegido en nuestra tierra. A veces pienso que demasiado bien ya que se tiene la impresión de que muchas personas acuden a la consulta médica sin que sea estrictamente necesario hacerlo, por aburrimiento o por no tener nada mejor que hacer, y que tal derroche para la caja de la seguridad social se vería paliado si hubiera un cierto copago por bajo que fuera. Quizá el hipocondríaco escogería ir al cine en lugar de visitar al médico si supiera que ambas decisiones le van a costar lo mismo, unos 10 euros.
Lo dicho hasta aquí no prejuzga que el nivel científico de nuestros médicos sea altísimo. Probablemente haya de todo como en rebotica. Lo que si se debe cuestionar es la organización de las agendas de nuestros galenos, lo que se traduce en una impuntualidad frecuente en las citas. Un retraso de media hora sobre la cita fijada puede considerarse frecuente, moderada y aceptada
Retengo el caso de un especialista que me dio hora para las 9 de la noche y me recibió a las 11.
Cuando le hice notar que en ninguna parte del mundo me habían citado tan tarde y recibido con tal retraso, me respondió amablemente es que si eso ocurría es porque no trataba a sus pacientes como a chorizos asignándoles un tiempo fijo predeterminado sino que debía acoplarse al tiempo requerido según la complejidad del caso.
Aunque la explicación me pareció convincente, pensé -también amablemente- que aquel médico trataba en realidad como chorizos, no a aquel paciente al que dedicaba más tiempo pero si a todos los que teníamos que esperar varias horas en su antesala.
Al menos en España tenemos también la ventaja de poder cambiar de médico y escoger otro especialista con una agenda algo mejor organizada.