Jorge Fuentes. Embajador de España.
Una vez ya les dije que el animal más dañino y mortífero del mundo no es –como puedan pensar- el león, el tigre, la serpiente o la araña. Es el mosquito, causante de plagas, enfermedades y cientos de millones de muertes.
Imagínense cómo se movilizarían los Ayuntamientos, las Diputaciones, las Presidencias Autonómicas y el mismísimo Gobierno Central si se descubriera que en éste o aquél pueblo hay un criadero de serpientes, de arañas o de tigres. Se movilizarían todas las fuerzas de seguridad del Estado para combatirlos y exterminarlos o controlarlos.
Pues bien, en nuestra provincia tenemos graves plagas de mosquitos muy perniciosos. Y están por todos lados. Hace pocos días los Alcaldes de Burriana, Nules y Moncófar se reunieron para hacer frente a la plaga que apareció en una de esas localidades. Tomaron medidas y procedieron con carácter de urgencia a una fumigación desde el aire lo que produjo efectos benéficos inmediatos.
Desde hace muchos años, mi familia veranea en Benicasim. Ultimamente se puede decir que vivimos en este bello lugar. O al menos pasamos largas temporadas en él. Nunca habíamos tenido problemas con los mosquitos. Durante años, en los meses de calor, veíamos las avionetas fumigando la zona. Era una buena medida ya que se acercaba la temporada turística y de festivales y había que limpiar el medio ambiente evitando que el turista pudiera salir malparado de Benicasim, Oropesa o Castellón y ello le desalentara a volver.
Parece ser que los ecologistas pusieron el grito en el cielo contra la pulverización aérea -¿o sería simplemente porque dejó de veranear aquí un importante político?- pues perjudicarían no solo a los insectos dañinos sino también a otra fauna protegida. Sin ser un experto, considero que el argumento es bastante pobre en primer lugar porque hay insecticidas especializados que combaten lo que se quiere combatir respetando lo que se debe respetar. En segundo lugar, porque lo primero que se debe respetar es la fauna humana sin la cual nada sería posible en nuestro pequeño planeta.
En nuestra familia amamos mucho a los animales pero estamos ante todo por la protección del medio ambiente y de un entorno saneado. El futuro de nuestro sector turístico depende en gran parte, no solo de mantener limpias las playas y rezar para que haga buen sol, sino de mantener el ambiente limpio.
Que las autoridades no se escuden detrás de la resistencia de los ecologistas que son personas razonables y civilizadas. En el fondo todos somos o debemos ser ecologistas ¿quién no quiere cuidar las plantas, los bosques, la flora y la fauna? Pero, alternativamente, ¿quién quiere perder su salud, pasar el verano entrando y saliendo de urgencias hospitalarias y volver de las vacaciones fastidiado por culpa de los mosquitos?
Un fuerte aplauso para los Alcaldes Calpe, García y Picher y también bravo para Susana Marqués y su equipo de técnicos. Por ahora en Benicasim se actúa desde tierra. Una furgoneta pilotada por dos amables e inteligentes expertos fumigan regularmente el pueblo y las urbanizaciones. Está bien. Pero si los mosquitos-tigre no ceden, me temo que los expertos tendrán que ir sacándose también el título de pilotos de helicóptero.