Jorge Fuentes. Embajador de España.
A medida que la precampaña avanza y estamos a menos de un mes de la celebración de las Elecciones Generales (y de las valencianas, por cierto), veo con estupor la serie de sorpresas y disparates que se están produciendo y que afectan grandemente a España en general y a sus estructuras políticas en particular.
De un lado está la carta remitida por el Presidente de México exigiendo que el Rey de España y el Papa pidan disculpas por los crímenes cometidos hace cinco siglos por Hernán Cortes, sus 500 soldados y los religiosos contra los aztecas.
Desde Francia, 41 senadores se pronuncian en favor del separatismo catalán, cuestionando la democracia de nuestro país.
En Alemania, el Ministro Borrell hace una espantada de principiante cuando estaba siendo entrevistado en una cadena de la televisión pública de aquel país y el periodista formulaba preguntas que claramente defendían el punto de vista secesionista poniendo en entredicho nuestro Estado de Derecho y nuestro sistema judicial.
En Cataluña, el líder del PSC, Iceta, recuerda que si los independentistas sumaban el 25% del censo catalán hace escasos años y hoy representan el 48%, la solución al problema catalán está cantada: esperar un par de lustros mas hasta alcanzar el 65 %, proceder a la celebración del referéndum y a la consiguiente independencia.
Por si todo ello fuera poco y el gobierno español se sintiera incapaz de dar una respuesta adecuada y firme a tantas agresiones que ponen en entredicho la eficacia de nuestra Diplomacia, los partidos avanzan en sus campañas de forma lamentable y hay que reconocer que la derecha lo está haciendo con mayor desacierto que sus rivales de izquierda.
Sánchez, bien aconsejado por su equipo se mantiene en un segundo plano evitando meterse en disputas barriobajeras y esquivando las materias conflictivas que solo pueden robarle votos. Casi su única aparición reciente ha sido para presentar sus 110 propuestas de programa en un libro rojo que recuerda al de Mao de los años sesenta.
Por supuesto el problema catalán, y otros asuntos conflictivos, no aparecen en tan larga lista.
Y es que Sánchez se está volviendo muy prudente desde el poder. Nada modera tanto como presidir un gobierno. La respuesta a Obrador, a Maduro, a los senadores franceses está superando la actitud de Rajoy a quien tanto criticó por su inacción.
Frente a tan prudente campaña del PSOE, ¿Qué es lo que vemos en la derecha? Peleas constantes entre los tres partidos, reparto de cargos al estilo de lo que hizo Podemos hogaño, distribución de candidatos de forma sorprendente: tertulianos, toreros, tránsfugas, militares, víctimas, deportistas. Una nueva España que emerge y que se pronuncia sin rubor y no siempre con acierto. Propuestas inoportunas tales como no participación del rival en ciertas provincias, ofrecer coaliciones fuera de plazo, ignorar a los futuros aliados.
Sin duda el PSOE sigue haciendo de las suyas desde el Gobierno y animando su campaña desde los viernes sociales a costa del contribuyente, pero al margen de ello, su campaña la están haciendo los restantes partidos: Podemos hundiéndose cada vez más con su ruptura y sus dislates y transfiriendo votos hacia el PSOE.
Y los tres partidos de derechas enfangándose entre sus declaraciones sobre el aborto y propuestas made in USA sobre el uso de armas para practicar la legítima defensa. No importa que muchas de sus propuestas estén cargadas de razón pero cuando proceder a su descarte resulta tan sencillo es porque algo en tales propuestas no está bien articulado.
Dentro de un mes nos jugamos el futuro de España para los próximos cuatro u ocho años. Ya sabemos que partido es el que sitúa nuestros indices de paro en el 25% cada vez que llega al poder. También sabemos cual es capaz de crear medio millón de puestos de trabajo por año. La elección no es difícil.
