Castellón Información
Aunque a veces nos irritamos con algunos aspectos del progreso, no cabe duda que la mayor parte de los inventos han mejorado muy mucho nuestra calidad de vida y en no pocos sentidos han logrado que hoy un modesto componente de la sufrida clase media-baja pueda vivir mejor que un príncipe del siglo XV.
La luz eléctrica, el agua corriente, el libro, la telefonía móvil, el ordenador, los electrodomésticos, el tren, el avión, el automóvil han cambiado nuestras vidas hasta tal punto que no podemos ni imaginar qué haríamos si, de la noche a la mañana, nos privaran de todos o algunos de estos artilugios.
Poder conducir un coche es fundamental, en especial si uno no vive en la gran ciudad donde los transportes públicos son mucho más convenientes o en la pequeña ciudad donde es posible ir a todas partes andando.
¡Qué gran invento es el coche! Pues atención porque, al paso que vamos nos podemos ver pronto privados de él. En España parece que el automóvil está en caza y captura; es una fauna a extinguir.
La Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, tuvo hace poco la desgraciada ocurrencia de decir, que los vehículos diesel tienen los días contados. Es decir, mas de 15 millones de autos y camiones del país, más de un tercio de nuestro parque móvil, van a tener que ir pensando en qué desguace depositarán su impecable vehículo porque ya nadie tendrá el valor de comprárselo.
Otro genio de la política anunció después que en dos años, es decir en 2020, todas las gasolineras de España deberán estar equipadas para que los vehículos eléctricos -por ahora escasísimos en el país- puedan efectuar sus recargas. Cada gasolinera tendrá que invertir alrededor de 70.000 €, para que no más de un coche eléctrico al mes pueda recargar.
Otro miembro del Gabinete -o, ¿quizá era siempre la misma?- proclamó que en 20 años todos los vehículos del país deberán ser eléctricos. Los coches con gasolina tendrán prohibida su circulación.
Cuenta habida que por el momento los coches eléctricos tienen un coste muy superior a los de gasolina (por encima de los 60.000 euros) el parque móvil de España va a reducirse drásticamente.
Pero aun hay más: a no ser que la tecnología avance mucho, nuestro país, con su plan de cierre de las centrales nucleares, no dispondrá de energía eléctrica suficiente para mantener en funcionamiento un parque móvil semejante al actual; ni tampoco la mitad del actual.
Trasladarse de Castellón a Madrid, un trayecto que hoy puede hacerse en tres horas, exigirá alrededor de cinco horas ya que habrá que recargar cada cien kilómetros, con una espera de 20 minutos cada vez y un coste superior al llenado de la actual gasolina. No quiero ni imaginar si se forman colas ante la recarga y la cantidad de coches que quedarán sin carga en mitad de la carretera.
Y todo ello para luchar contra el riesgo -real- del cambio climático. Habrá que estudiarlo a fondo porque, ¿qué haremos con las emisiones de CO2 que producirán las fábricas de coches eléctricos?, ¿y todas las demás fábricas?, ¿y las calefacciones?, ¿y todos los demás centros contaminantes?
Desde que nuestros gobernantes han lanzado todas esas soflamas miro con desconfianza y tristeza a mi pequeño parque móvil ¿qué será de el? Alguno de sus integrantes tiene pocos años pero otros son pieza de museo con cerca de medio siglo.
¡Vaya duda!, ¿comprar un coche híbrido?, ¿optar por uno eléctrico? Me temo que ante la duda la inmensa mayoría de mis compatriotas ha decidido mantener su viejo coche y como consecuencia la industria del ramo ha empezado a experimentar un bajonazo y los grandes fabricantes están estudiando trasladar sus factorías a otros lugares donde sus ministros no digan semejantes barbaridades.
Y yo, que en el fondo me dejo influir por las grandes corrientes del país, optaré por quedarme como estoy e ir tirando con mi viejo parque móvil hasta que venga otro gobierno mas razonable y sea capaz de orientarme mejor.