Jorge Fuentes. Embajador de España.
Está visto que las prácticas periodísticas no varían desde hace décadas por no decir desde hace siglos. Cada vez que se acerca el verano, los medios informativos buscan desesperadamente algunos titulares con los que llenar sus espacios y con suficiente tirón para los lectores o espectadores.
Los temas elegidos para esa época suelen variar desde los animales misteriosos (el monstruo del lago Ness o el Yeti), pasajes ocultos de la vida de Cristo y de la Biblia (la túnica sagrada o el Santo Cáliz), materias espaciales (la aparición de platillos volantes). Gibraltar puede ser también un buen asunto para el Estío.
Por si nos faltaban noticias graves que desarrollar –las hazañas de los Pujol; las guerras de Oriente Medio, Ucrania y Libia; las peripecias de la izquierda española- los periodistas se han lanzado ahora, de nuevo y con más intensidad que nunca sobre el virus Ébola que, por el momento, ha causado 900 víctimas en cuatro países del África occidental.
Es posible que la noticia hubiera tenido menor eco de no ser por los dos norteamericanos repatriados a Atlanta para su tratamiento y el religioso español que está siendo cuidado en Madrid. Y también por las exageraciones sobre el riesgo de contagio (ejemplo: si un enfermo viaja en avión contagia automáticamente a todos los pasajeros. Falso: el contagio se produce solo a través de los fluidos corporales, es decir, la saliva, la sangre, el sudor y el semen) y también por los elevados índices de mortandad (el 95%. También falso. Ello solo sería así si el enfermo siguiera en su mísero entorno y no recibiera ningún tipo de cuidados. Y aun así parece que el índice es del 65%).
Pero, ¿qué más queremos? Un religioso católico, con su vida dedicada al prójimo y que enferma como consecuencia de su altruista actividad. Para algunos sectores de la izquierda, eso de movilizar un avión y traer al enfermo habilitando, por añadidura, un hospital con suficientes garantías de contención de la epidemia, era demasiado. Otro asunto hubiera sido si el enfermo hubiera sido miembro de una ONG progresista.
La serpiente de verano estaba servida y por añadidura con implicaciones políticas. Es bien penoso que haya enfermedades, epidemias, pacientes y víctimas. En todas partes del mundo las hay y en África todavía más. El inocente mosquito sigue produciendo miles de víctimas cada año sin que nadie hable de él y que por cierto abunda en nuestras latitudes.
Ya les dije la semana pasada que los grandes temas del momento iban a desvanecerse pronto. Francamente, no pensaba que fuera tan pronto. No es que los Pujol, Podemos, la reconstrucción del PSOE vayan a desaparecer de los rotativos pero ya verán cómo las nuevas serpientes como el Ébola, les quitan mucho protagonismo.
