Jorge Fuentes. Embajador de España.
Desde el triunfo del Brexit y de Trump y los fracasos sonados de las encuestas y los analistas, el mundo entero y en particular Europa temblaban por las elecciones que se avecinaban -en Austria, en Países Bajos y ayer en Francia- y que podían destruir el esfuerzo de la construcción europea realizado en los últimos 60 años.
La victoria de Trump en los EEUU lejos de impulsar un efecto mimético en Europa, está produciendo lo contrario: la búsqueda del equilibrio y el reforzamiento de los valores comunitarios.
Macron acaba de derrotar al Frente Nacional de Marine Le Pen por 66'06% contra el 33'94% con un 25% de abstención, 6 puntos más elevada que en ocasiones anteriores.
Los valores tradicionales de Francia han superado a una fuerza relativamente nueva cargada de ideas alarmantes (salida del euro y de la UE, abandono de la OTAN, expulsión masiva de ilegales, cierre de fronteras etc.) que hubieran llevado a Francia por caminos muy inciertos y muy probablemente a la dislocación de la Unión Europea.
Las elecciones francesas han sido revolucionarias. Por primera vez en 60 años no llegaron a su segunda vuelta ninguno de los dos partidos clásicos -el republicano y el socialista-. Se han visto reemplazados éstos por un social-liberal y otro ultraderechista.
Macron, el Presidente francés más joven de la Quinta República, es muy nuevo en política. Llega a la Presidencia sin tener un partido propio. Con su movimiento "En marche", va a tener que improvisar un partido antes de las elecciones legislativas que tendrán lugar en algo más de un mes y sacarse de la manga en cuestión de días, una veintena de ministros, incluido un Primer Ministro y 566 compromisarios que le representen dignamente en otras tantas demarcaciones. Anotemos la fecha del 18 de Junio porque también en ella se juega la estabilidad del gobierno de Macron durante el próximo quinquenio.
En cuanto al Frente Popular, ha perdido por una diferencia de casi 33 puntos, un espacio holgado para Macron pero mucho menor que el logrado por Chirac con Le Pen padre en que la distancia fue de 62 puntos.
Por ahora los europeos podemos dormir tranquilos y los españoles particularmente pues no debemos olvidar que Francia es nuestro principal socio en el mundo. Confiemos ahora que las novedades políticas y económicas que Macron trae bajo el brazo consigan calar exitosamente, que la pésima situación económica dejada por Hollande se remontará y que el nuevo gobierno logrará frenar el terrorismo que se ha cebado particularmente con Francia.
De no ser así, el riesgo de que el Frente Nacional se refuerce adicionalmente y logre vencer en 2022 es un peligro real. Ese será el reto clave en el próximo lustro. El otro desafío será estudiar cómo se remontan (si es que se remontan) los partidos tradicionales, el republicano y el socialista. Y, de paso, el de los insumisos.
Francia y Europa, van a enfrentar un quinquenio inquietante y fascinante. Los populismos siguen activos y habrá que ver cómo evolucionan en Alemania, Italia y en el resto de los países de la Unión, incluido España.