Jorge Fuentes. Embajador de España.
El nuevo Gobierno de coalición lleva solo un par de semanas de andadura pero cuenta ya en su haber con una cifra récord de desagradables decisiones como no habíamos conocido en gabinetes anteriores.
Si nos molestó el rasgo de nepotismo por parte de Sánchez cuando colocó a su esposa al frente del departamento de cooperación con África, ahora tenemos a los señores de Iglesias-Montero compartiendo mesa gubernamental y a los señores Campo-Batet mandando sobre la Justicia y sobre el Congreso de los diputados.
Si nos crispó ver casi todas las cadenas de televisión en manos del gobierno, las leyes de memoria histórica y de eutanasia, el desprecio del idioma español, la subida de impuestos, la endeble política territorial, el riesgo de indulto de los secesionistas, la subida de impuestos, las peligrosas decisiones laborales, el coladero de inmigrantes, la criminalización del hombre etc. prepárense porque todo ello se va a reproducir de forma mucho más implacable.
Y por desgracia, ello va a ocurrir contando con una democracia bastante más debilitada, en que la Fiscalía General y la Abogacía del Estado van a encontrarse claramente al servicio del Ejecutivo y en que el CGPJ arriesga con reordenar su mando alineándose también con el Gobierno.
Un Gobierno que está convencido de que hemos perdido la paternidad respecto a nuestros hijos cuya educación debe pasar a manos del Estado, no solo en las materias tradicionales de ciencias y letras sino también en todos los dislates políticos, sociales y sexuales que se les ocurra incluir a los nuevos educadores.
De paso quizá veamos la Constitución -y acaso también El Quijote- debidamente corregido para introducir un lenguaje inclusivo plagado de masculinos y femeninas.
Y si todo ello no fuera bastante, nos vemos con regates y vacilaciones en una política exterior que siempre habíamos procurado que fuera de Estado y ahora se vuelve de partido, que degrada en cuestión de meses a un Presidente de Venezuela -Guaidó- y lo convierte en "importante representante de la oposición" (Iglesias dixit) y, como tal, en su gira por Europa, es recibido por Merkel, Macron, Johnson, pero no por Sánchez que a esas horas estaba revisando los desastres causados por ‘Gloria’ y recibiendo parabienes del mundo del cine reunido en Málaga entorno a los premios Goya. Los de ‘la ceja’ han vuelto.
Ábalos se encontró casualmente a las tres de la madrugada en un aeropuerto con la vicepresidenta de Maduro -que tiene prohibida la entrada en toda la UE- sospecho que para escuchar el consejo de que no hubiera encuentro Guaidó-Sánchez para que no sufrieran las cuantiosas inversiones españolas en Venezuela que podrían ser objeto de aquel famoso "exprópiese" de Chávez.
Peligrosa opción la que se debe tomar entre los ‘Principios y los Intereses’. Si se hace una elección inadecuada, acaba uno perdiendo en ambos flancos y, de paso, sufriendo una grave merma en el prestigio nacional.