Jorge Fuentes. Embajador de España.
La Unión Europea está basada en la idea de solidaridad. No de una solidaridad mística y fraternal, sino en la convicción de que los hoy 27 países que la integran solo podrán componer un conjunto fuerte e influyente a escala mundial si todos y cada uno de ellos se sienten fuertes y prósperos.
Y ello es así por la simple razón que resume la frase 'Solo una España o una Polonia prósperas estarán en disposición de comprar coches Mercedes a Alemania o alto diseño a Francia'. Por eso, son los dos grandes de la UE -Francia y en especial Alemania- los que han mostrado mayor determinación en que la Unión funcione y los que se han mostrado mas obstinados en los cuatro largos días que transcurrieron entre el viernes 17 y el lunes 20 de Julio, a fin de que la Cumbre para la recuperación europea acabara con un resultado positivo.
750.000 millones de euros van a ponerse sobre la mesa. 390.000 serán donaciones directas a fondo perdido a transferir a cada uno de los 27 países en el plazo de tres años. Los restantes 360.000 millones serán créditos a muy bajos intereses.
Esas cantidades serán distribuidas entre todos y cada uno de los 27 socios de la Unión teniendo en cuenta la población de cada uno, el PIB inicial, la incidencia económica en dicho PIB como consecuencia de la pandemia y otros factores objetivables.
Se dará la paradoja de que los países que operaron una peor gestión de la crisis, los que como consecuencia de ello conocieron un mayor numero de muertos y un mayor desfonde económico, son los que van a ser premiados con más abultados fondos de reconstrucción y cuyos líderes van a ser mas aplaudidos cuando regresen exhaustos a sus países.
Puesto que la Unión deberá captar los fondos por medio de compromisos financieros obtenidos en el mercado internacional, cada uno de los 27 miembros se compromete a devolver la parte alicuota que le corresponde de los créditos. No así de las donaciones que van destinadas a cada uno de los 27, tanto a los llamados 'frugales' o 'austeros' (Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Austria), como los menos cuidadosos.
Italia encabeza la lista con la asignación de 81,8 millones de donaciones, seguida de España (77,3), Francia (38,8), Polonia (37,7) y así sucesivamente hasta llegar a Irlanda (1,9), Estonia (1,4), Malta (0,4) y Luxemburgo (0,2).
No es precisamente un honor encontrarse encabezando la lista, aunque nadie renunciará a los fondos recibidos. Es importante gastarlos correctamente ya que en todo momento cualquier Estado miembro puede denunciar a cualquier otro por estar malgastando los fondos con lo que éstos dejarían de fluir hacia el país en cuestión. El triste recuerdo de los ERES andaluces nos vuelve particularmente frágiles en este sentido.
Cada uno de los 27 socios se va a ver de algún modo rescatado -una expresión muy utilizada en el pasado pero ignorada ahora- y por tanto sometido a control por la UE.
En el caso de España, recibiremos 140.000 millones de euros, aproximadamente la mitad de ellos en donaciones y los restantes en préstamos. Una suma importante, sin duda que aliviará el penoso estado de nuestras finanzas, de nuestra deuda pública y nuestro déficit. Pero que exigirá la búsqueda de mil otras vías para salir del atolladero en que podemos encontrarnos. Hay que tener en cuenta que solo el sector turístico, que obtuvo 77.000 millones de euros de beneficio el año pasado, puede ver reducida tal cifra a un tercio o una cuarta parte de la misma.
El programa político de nuestro gobierno se va a ver seriamente corregido en aspectos tan importantes como la reforma laboral impuesta por UP y pactada con Bildu, el volumen de nuestras pensiones, de nuestra administración, los desembolsos para atender el paro, los ERES, los ERTE, los ingresos mínimos vitales etc que absorben gran parte de nuestro presupuesto y muchas de cuyas partidas en Bruselas son enfocadas y resueltas de modo diametralmente opuesto a como las entiende nuestro gobierno.