Jorge Fuentes. Embajador de España.
El sábado 4 de Mayo, pasaré unas horas en la Feria del Libro de Valencia firmando algún que otro ejemplar de mi última obra titulada ‘Notas Verbales’. Les contaré para empezar la sensación que se experimenta ante esa tesitura.
En primer lugar, el orgullo y la satisfacción que nunca decae, de ver aparecer una nueva criatura, un nuevo libro. Es indiferente si se trata de la opera prima que apareció hace ya muchos años o si es el enésimo libro que brota ahora. Y no es bastante con escribir el trabajo; el autor no se siente liberado de él hasta que no lo ve transformado en papel, con su portada, sus páginas y sus erratas.
En segundo lugar se encuentra ese poco de tensión que se siente al exponerse ante el público y que es muy semejante si uno exhibe sus óleos, si sube a un escenario o si transfiere sus relatos compartiendo sus ideas con el eventual lector. Y es que, aunque la creación artística es un acto íntimo y personal, carece de sentido si no trasciende hacia los demás. Pero al hacerlo es como si uno se despojara de su pudor mostrándose transparente ante el público.
Hasta ese momento, uno pinta, escribe, esculpe o compone confiando en que sus obras queden solo para uno mismo y que en la culminación del proceso con la exposición, la edición o el concierto, se rompiera el secreto, la intimidad se acabara y lo que se produjo en el rincón favorito de nuestra casa pasara a ser visto y oído por los demás.
Pienso que la literatura es, con todo, la creación que más tiempo preserva la intimidad ya que, aun cuando el manuscrito se edite e incluso se venda, la obra sigue siendo anónima mientras no sea leída y es muy posible que ese anonimato se preserve y que lo escrito por uno nunca sea leído por nadie y que ese libro editado y vendido quede en la estantería del comprador como un elemento decorativo más.
Por último, el acto de firmar libros en una caseta de Feria tiene algo de comercial que es contradictorio con el proceso de creación artística. Es como vender churros o perritos calientes. Con el punto añadido de temor y vergüenza de que ni un solo comprador se acerque a nuestro tenderete. La primera vez que yo participé en una Feria, fue en la del Retiro de Madrid y compartía caseta con un autor bastante más conocido que yo…pero a quien nadie se acercó en los 80 o 90 minutos que aguantó estoicamente frente a la montaña de ejemplares de su última producción sin vender ni una copia.
Mi libro ‘Notas Verbales’ fue escrito poco a poco a lo largo de muchos años de ejercicio de la profesión diplomática, en países muy diversos emparedados entre los lejanos días de las oposiciones de ingreso en la Carrera y la reciente despedida de ella. Medio centenar largo de relatos intentan reflejar las interioridades de una profesión poco conocida, casi misteriosa, admirada a veces, ignorada otras; uno de los oficios más antiguos con el que miles de españoles han soñado en las últimas décadas y que unos cientos practican como mejor saben o como mejor pueden.
Pronto presentaremos el libro en Castellón y como se trata de un trabajo ligero y ameno, espero que ustedes lo lean y disfruten. Y no me ocurra como a aquel escritor que unos días después de la aparición de su último libro encuentra a un amigo que dice haberlo comprado. Y el autor le responde.
-¡Ah, fuiste tu!
