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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Seriales

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

De vez en cuando y para distender el ambiente, procuro dejar a un lado los graves asuntos de política nacional o internacional y tratar temas culturales no menos importantes  pero siempre más gratos y ligeros. Hoy voy a ejercer de crítico de televisión y comentarles mi opinión sobre uno de los aspectos más populares y con frecuencia más denostados del mundo de la tele: los seriales.

Confieso no seguir día a día casi ninguno de los culebrones sobre los que voy a emitir mi modesta opinión, pero sí he visto al menos algunos capítulos –probablemente demasiados- como para poder opinar sobre ellos.

Diré en primer lugar algo sobre dos de los seriales de mayor éxito de los últimos años, ‘Cuéntame cómo pasó’ y ‘Amar en tiempos revueltos’, este último ahora emitido por Antena 3 con un título ligeramente diferente. El gobierno de turno no se conformaba con adoctrinarnos a través de los debates parlamentarios, las campañas y los programas informativos sino que seguía haciéndolo con los personajes de ficción que nos mostraban las miserias de la clase política, de la burguesía, del clero, del ejército, la policía y los empresarios de la época franquista y de la transición, haciéndonos ver que todas las bondades del país se encontraban exclusivamente entre las clases obreras (porteros, camareros, sirvientes, bedeles…)

Lo admirable era comprobar hasta qué punto los seriales estaban profundamente politizados y cómo al producirse un cambio de gobierno de la izquierda a la derecha o viceversa, los personajes tenían que modular sus rasgos y modificar la personalidad de los buenos y los malos.

Las dos series mencionadas eran paradigmáticas ya que durante años han venido mostrando  nuestras vidas desde los tiempos de la post-guerra civil hasta los del post-franquismo y muchos españoles se han venido identificando con los personajes que circulaban por las series. De ahí que los gobiernos los manejaran a su antojo con el innoble objetivo de propinar sus prédicas a los espectadores.

Diré algunas palabras sobre otros cuatro seriales actualmente en curso o recientemente clausurados  que han contado con el beneplácito del espectador; me refiero a ‘Tiempo entre costuras’, ‘Gran hotel’, ‘Velvet’ y ‘El príncipe’. Prescindo de comentar las calidades técnicas e interpretativas que están en todos los casos, en un nivel aceptable.

-Evidentemente todas ellas están influenciadas por los seriales ingleses –las dos primeras- o americanos –las dos últimas-

 -‘Tiempo entre costuras’ presenta un rasgo infrecuente y es que el serial es, dentro de sus debilidades, muy superior a la novela en que se basa, un auténtico folletín típico de mediados del siglo pasado o incluso del anterior.

-De los cuatro creo que ‘El príncipe’ es el de mayor categoría ya que al menos tiene como trasfondo un problema serio y de actualidad: la convivencia de dos culturas  y la aparición de células terroristas en las provincias españolas del norte de África. La serie hubiera ganado mucho si se le hubiera suprimido, o al menos aligerado, la historia de amor inter-cultural.

-En general las cuatro series flojean por el flanco sentimental que siguen el esquema de amores imposibles a lo Romeo y Julieta entre parejas socialmente heterogéneas (chica rica-chico pobre o viceversa).

-La peor de las cuatro con mucha diferencia es la pretenciosa ‘Velvet’, auténtico bodrio que reúne todos los tópicos y fragilidades del género, con un guión y unos personajes carentes de toda credibilidad, con una sucesión de secuencias a cada cual más absurdamente falsa y que tiene a cualquier espectador atónico esperando ver qué otro dislate nos mostrará la pantalla.

-Como toque final  hay que señalar la patética participación en personajes de tercera categoría, de algunas de nuestras glorias cinematográficas como Concha Velasco, José Sacristán, Aitana Sanchez Gijón o Luis Homar. Mal deben ir las cosas también en el mundo de la farándula cuando estos buenos intérpretes han de apearse hasta esos niveles.