José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Los políticos nos hacen desayunar cada día con sapos, culebras y toda clase de saurópsidos diápsidos (conocidas más comúnmente como serpientes) sobre cualquier tema, situación, haciendo gala de un muy variable estado de memoria. Sirvan tres situaciones muy distintas, pero las tres muy ilustrativas.
Esta tarde en el Parlament de Catalunya Jordi Pujol ha hecho un recorrido por su vida, la de su mujer y la de sus hijos, más aún por la de su padre y por de sus coetáneos, demostrando poseer una memoria impresionante con datos significativos como la cantidad de dinero que tenía en dólares hace más de treinta años.
Todo para que los catalanes entiendan que no podía dejar su dinero en España, con la que estaba cayendo y además pagar impuestos. Le envidio profundamente Sr. Pujol, vaya memorión.
Suele ser lo anterior la excepción, pues sin ir más lejos ayer Oscar López, el que fuera secretario de organización del PSOE con Rubalcaba en una entrevista radiofónica hacía verdaderos malabarismos para no recordar qué se hizo mal anteayer para que ahora se hable de un PSOE nuevo, no hay respuesta, nada se hizo mal, más aún fue el inefable Rodríguez Zapatero quien tuvo que aplicar medidas de ajuste, los llamados recortes.
¿Cómo es posible que no se acuerde del plan ‘ñ’ de ocho mil millones de euros para poner parches y arreglar aceras que no sirvió para nada, y que las dos o tres medidas de ajuste que tomaron fueron obligados por Bruselas, porque de lo contrario nos intervenían o lo que es peor nos echaban del Euro, por no decir el año que nos pasamos tocando la gaita y mareando la perdiz sobre si estábamos o no en recesión, gastando lo que no teníamos y que no podremos devolver en varias generaciones?.
Pero la l que probablemente es más sangrante e increíble es la poca memoria que el Presidente del PP parece tener últimamente y así lo ha demostrado esta semana. Dejo para otro artículo entrar en el fondo de la conocida como ley del aborto propuesta por el Sr. Gallardón y que ha aparcado, limitándome a recordarle que durante la campaña electoral pasada su plana mayor por activa y por pasiva se cansó de proclamar a los cuatro vientos que iba a derogar inmediatamente la actual ley del aborto porque la habían convertido en un método anticonceptivo más y que se iban a garantizar la vida del no nacido y de la madre gestante.
Todo olvidado, ahora resulta que no queremos una ley que dure solo la permanencia de su partido en el poder; eso no vale, haberlo pensado antes. A sus predecesores poco les importó su estancia en el poder, aprobaron una ley, nefasta por cierto.
Me niego a aceptar que incluso los más serios, aquellos que nos representan o nos han representado hace dos telediarios, sean tan desmemoriados, pues si siguen así van a obligar al electorado a plantearse dirigir el voto en otra dirección, a ver si hay suerte y tienen mejor memoria.