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sábado, 22 de febrero de 2025 | Última actualización: 03:53

BRIC

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José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal. 

A principios de este nuevo siglo se le ocurrió a un economista americano crear un acrónimo que representara a las principales economías emergentes del mundo y dicen dentro de cincuenta años serán quienes con toda probabilidad lleven la voz cantante en esta aldea global en la que se ha convertido nuestro planeta, son  Brasil, Rusia, India y China.

Todos ellos tienen en común su enorme población, más de mil millones en el caso de China e India su  gran  tamaño  pues aunque India solo tiene algo más de tres millones de kilómetros cuadrados, Rusia y China sobrepasan los quince millones.

Todos tiene un potencial tremendo en materias primas, algunos de ellos son potencias atómicas, Rusia y China tienen grandes arsenales y grandes ejércitos.

Por todo ello y por otros factores e indicadores han sido motivo de atención desde hace más de una década en los mercados financieros e incluso en la actualidad se alaba el hecho de que han salido de la crisis del 2008 con más facilidad y reforzados.

Pero no todo es positivo,  su estructura  social está en todos ellos profundamente desequilibrada y sin visos de solución a corto-medio plazo.

India está siendo noticia internacional desde hace meses por las violaciones indiscriminadas de mujeres en ciudades y medio rural en una sociedad que bajo la apariencia de república democrática,  continúa manteniendo un rígido corsé social de castas.

China mantiene un férreo régimen político en la que una oligarquía que se perpetúa en el poder concede apertura económica; ejecuta al año a más personas que  en cualquier otro país del mundo, y nos hemos enterado que el grado de corrupción es tal que se  llega a comerciar con los órganos de los reos.

Rusia, ¿qué decir de ellos? con una sociedad que aún no se ha rehecho de la caída del marxismo y en la que las mafias campan por doquier, y además las exportan.

Brasil, nuestro querido Brasil, de samba, futbolistas y chabolas por doquier, en el Corcovado o en cualquier zona alrededor de una gran ciudad, con favelas inmundas.

Se celebra allí el mundial de fútbol, con previsiones que no han funcionado, con obras sin acabar, con niños trabajando antes de los doce años, nivel de analfabetismo altísimo y además con manifestaciones de todo tipo por parte de los más pobres.

Hay que ser atrevido, por mucho potencial que uno tenga, por mucha capacidad de endeudamiento que se tenga, para albergar un campeonato del mundo de algo, teniendo que gastarse un pastizal en instalaciones que no van a transformar ciudades, en donde la corrupción es parte de la vida diaria, con un resultado nefasto: el deterioro de la imagen del país y sus políticos.

Visto lo anterior la pregunta es, cuando la FIFA le concedió la organización ¿fue consciente de que era un estado con mucho que cambiar en poco tiempo  o le  fue imposible resistirse a esa corrupción propia de todo BRIC que se precie?