José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Para la Real Academia de la Lengua Española (RAE), maricón, adjetivo y a la vez sustantivo, tiene actualmente 3 acepciones: 1. Vulgarmente marica (hombre afeminado) 2.Sodomita (hombre que comete sodomía) 3. Insulto grosero con su significado preciso o sin él.
Escuetas son, pero suficientes, ya que cualquiera de las tres acepciones conlleva para el destinatario del vocablo, ofensa, burla, recriminación y menoscabo.
Resulta preocupante que gente muy joven, sin reminiscencia alguna de épocas pasadas, la utilice para agredir verbal y físicamente a ciudadanos a la vez tan jóvenes como ellos.
La educación que se supone estamos inculcando en este aspecto a los más pequeños es la del respeto, pues vivir en una sociedad tolerante implica la aceptación de la diversidad con los límites que el ordenamiento jurídico define.
Precisamente por habernos dotado de un ordenamiento jurídico propio de un estado de derecho, la visibilidad de la identidad de parejas homosexuales es mayor que hace unos años y se acentúa en entornos de grandes ciudades como Madrid, donde se produjo recientemente una agresión a una pareja de homosexuales.
Los excesos, la sobreactuación, la necesidad de reivindicación lleva en ocasiones a manifestaciones públicas que bordean el mal gusto, tanto en parejas homosexuales como en heterosexuales, lo que puede producir molestia , desagrado o sonrojo por parte de quien las presencian, pero no deben ir más allá si no se atenta al decoro .
Las agresiones a homosexuales, mayoritariamente hombres, no se suelen denunciar ;el no querer dar más publicidad a su condición sexual, junto al hecho de llevar toda una vida soportando estos insultos son los motivos por los que no se suelen iniciar acciones legales en contra de energúmenos inmaduros que repiten de mayores lo que seguramente hicieron ya en el colegio.
Mal estamos haciendo las cosas, muy mal, pues ese ‘machito’ que agrede en grupo, pues no se suele atrever solo, lleva una mochila muy peligrosa a sus espaldas, la de la intolerancia, la del maltrato en potencia, da igual a hombre que mujer y la del desprecio por cualquier otro que sea distinto.
Son planteamientos totalitarios que no permiten en modo alguno que haya otros distintos, en el equipo de fútbol, en la identidad sexual, en el tipo de gobierno, etc. Se puede estar ideológicamente a años luz de los colectivos gay en temas tan sensibles como el matrimonio o la adopción de hijos, pero no se puede bajo ningún concepto rechazar, menospreciar o considerar inferior a nadie por ser diferente, da igual en qué.
El enfoque no es de derechas o izquierdas, lo es de tolerancia y educación, pues tan totalitario es quien agrede porque no me gusta tu condición sexual, como quien en aras a no sé qué bien común impone una solo modelo de sanidad, educación o servicios sociales.
Hay que tomar conciencia y actuar, colaborando en la denuncia y erradicación, pues hoy es la violencia de género, mañana serán los delitos de odio por la condición sexual, por opinar distinto, ¿y el año próximo?