José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
A lo largo de este fin de semana y durante la próxima se va a hablar hasta la saciedad de lo acaecido en Ferraz , del penoso espectáculo dado por los dirigentes del PSOE, de un bando y otro, aunque probablemente necesario para la refundación de un partido que empezaba a ser fagocitado por Podemos y masacrado en luchas intestinas.
Por variar y no ser reiterativo, traer a la palestra el nuevo proyecto de orden que desde Campanar en Valencia está preparando el equipo del inefable conseller Marzá, sobre el aprendizaje de las lenguas en nuestra Comunitat.
La diferencia con otras propuestas legislativas es que esta no ha satisfecho a nadie, novedad en una gestión que se caracteriza por el partidismo y múltiples actuaciones que se dirigen hacia la consecución de un modelo educativo público, único y sin posibilidad de elección por las familias.
Este proyecto no ha gustado a muchos de sus afines ideológicos, versus Escola Valenciana, porque no elimina la posibilidad de exención del valenciano, ni a ciertos sindicatos "amigos" como el STEPV porque obliga a que sus afiliados aprendan inglés necesariamente y en un tiempo récord.
Tampoco ha sido del agrado de otros sectores ‘neutrales’ en su relación con el equipo de gestión de la Consellería porque califica a los colegios en función de la opción elegida, en contra totalmente del principio de igualdad que se pregona, en el que se está totalmente en contra de cualquier medida o calificación que suponga crear rankings.
Es un proyecto que premia la impartición del valenciano ‘regalando’ una titulación de inglés, que por mucho que queramos para poco servirá sino hay un aprendizaje efectivo, complicado de asentar en asignaturas como educación física. Desplazar del aprendizaje y uso efectivo al castellano con argumentaciones tan peregrinas como que nuestra Carta Magna ya lo reconoce no deja de ser pueril.
Por último la percepción de las familias es que en la enseñanza de titularidad pública va a importar eso de ir a un colegio tildado de básico, medio o avanzado; en la enseñanza concertada poco les va a importar, pues con la opción que ofertarán volverán a ‘llenar’, es decir, tendrán lista de espera, hecho que duele mucho a sus detractores por mucho que lo intenten enmascarar.
Vuelve a no estar previsto qué puede hacer un alumno si el proyecto que decide el consejo escolar de su colegio no se adapta a sus necesidades o preferencias; vuelve a no estar prevista una adecuada formación en inglés del profesorado y vuelve a no estar prevista intencionadamente una oferta amplia y equilibrada, en la que quepan todas las alternativas, con preeminencia del valenciano.
Miopía política que no sabemos muy bien cuanto va a durar, se vuelve a ‘manipular’ la educación a su libre albedrío ,con cambios que poco durarán , pues los extremos no son deseables y su recorrido corto, más aún cuando son precipitados, poco estructurados, impuestos, con una tremenda carga ideológico y en ningún caso consensuados.
