José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
La última de las propuestas de calado de la Conselleria de Educación que ha sido unánimemente contestada por todos los colectivos de padres es la de adelantar los exámenes de recuperación de Septiembre a Julio o Junio y no es cuestión baladí. Las tres confederaciones de padres, Concapa en representación de la escuela concertada, Covapa y Gonzalo Anaya, en representación de la pública, están distantes ideológicamente, lo que no ha sido óbice para hacer frente común a este nuevo despropósito o experimento, según se quiera interpretar.
Resulta lamentable que una vez más los protagonistas de la educación los alumnos y por ende las familias sean para la Administración los menos importantes ya que sus opiniones poco importan y no se tienen en cuenta sistemáticamente; queda muy bien ser los primeros en implantar la LOMCE, ser los primeros en adelantar los exámenes de recuperación de Septiembre a Junio, ser los primeros en...., lo cierto es que en educación los temas de calado hay que tratarlos con energía, con prudencia y con mucha objetividad.
No podemos cambiar estos exámenes bien por pago político a los sindicatos de profesores que son una vez más los grandes beneficiados o porque quien gobierna ha conseguido poner en marcha el experimento y además la paz social durante un tiempo valiosísimo en política.
Qué sentido tiene suspender a un alumno de ESO el 15 de junio y volverlo a examinar dentro del mismo mes en un colegio concertado o a no más tardar un mes después en un instituto público. ¿Podemos pretender que apruebe? Imposible, otalmente imposible, por no hablar de los alumnos con necesidades educativas especiales que aprovechan el verano para ponerse al nivel del resto de compañeros y no quedarse descolgados, pues su aprendizaje es más lento.
Una de las derivadas no deseadas es la de la bajada del nivel educativo, pues acontecerá en muchos centros que los aprobados serán indiscriminados y si no, tiempo al tiempo.
Perfecto, ya hecho el experimento, salimos en prensa como innovadores, hemos dejado contento al profesorado, eso si el 30% de fracaso escolar no baja de ninguna de las maneras y además se ha cabreado por igual a todos los padres.
La clave política es obvia , todo el mundo lo sabe y todos quieren ascender el año que viene desde la Avenida Campanar de Valencia, sede de la Conselleria de Educación; unos a la capital del Reino y otros a que se les llame ‘Honorable’, allá ellos.
No esperen el beneplácito de las familias ni su respaldo, lamentablemente han vuelto a patinar y además rechina.
