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miércoles, 19 de febrero de 2025 | Última actualización: 21:29

¿Aprenderán del castigo?

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José Vicente Ramón Moreno.

Después de unas elecciones la diversidad de análisis que se realizan es tal que parece que cada partido ha vivido unas elecciones diferentes y siempre son capaces de extraer unas conclusiones positivas para su partido.

Vamos, que hasta el último clasificado es capaz de decir que “observa una tendencia de cambio en la afección de la polaridad del voto que llevará en las próximas elecciones a que el mandamiento bíblico de que los últimos serán los primeros concluya con su partido en el poder” (o cualquier barbaridad similar).

Lo cierto es que si analizamos un poco, y sin ser expertos en estos temas, obtenemos una conclusión muy clara y es que este tipo de resultados no benefician a nadie y sí muestran claramente el desánimo y descontento que reinan entre la sociedad española con motivo de los muchísimos casos de anomalías (cuando no de corrupción) que los dos partidos gobernantes en la mayoría de ayuntamientos y comunidades tienen en su palmarés.

Estos partidos deberían tomar buena nota y poner todas las trabas posibles para que ‘personajetes’ indeseables no se escuden bajo las siglas de su partido e intenten lucrarse ilícitamente, ellos y todos sus allegados en la gestión de sus cargos públicos. Unas buenas comisiones de ética, un control férreo del patrimonio y una revisión constante de las incompatibilidades en cuanto a sueldos o a puestos a desempeñar harían que los ciudadanos tuvieran mayor confianza en sus gobernantes.

Este tipo de castigo electoral no beneficia ni siquiera a los partidos pequeños que han sacado rendimiento a la pataleta electoral porque saben que es muy difícil modificar la intención del voto y que, aunque ahora se haya producido el voto de castigo, volveremos a la tendencia bipartidista propia de nuestro país.

Estos resultados servirán para que los dos partidos mayoritarios busquen la excusa perfecta para realizar sus ajustes internos que, en otro momento, dispararían las alertas y se hablaría de crisis interna.

Ahora bien, la mayor duda que le puede quedar a la sociedad española después de la lección que le ha querido dar a sus políticos es, ¿aprenderán del castigo?