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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

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Juan José Pérez Macián. Concejal delegado del Área de Gobierno de Hacienda, Modernización y Administración Municipal del ayuntamiento de Castellón.

Hablar de algo que no había sucedido jamás antes en nuestra historia y que sea bueno, tiene toda la pinta de ser una muy buena noticia. Si se añade además que se trata de una noticia de contenido económico, ya se nos agrandan los ojos y nos apresuramos a decir: `cuenta, cuenta´.

Hablar de superávit comercial obliga a remontarse cuarenta y dos años atrás, cuando en 1971 comenzó a medirse este indicador acerca de la diferencia entre lo que, en conjunto, el país exporta e importa. España nunca había tenido superávit comercial desde que en aquel lejano 1971 empezó a tomarse la medida de este factor. Vamos, que en todo lo que llevamos de democracia todavía no habíamos vivido una situación de superávit comercial...¡hasta este pasado mes de marzo!.

El primer superávit comercial de la historia de España se ha producido ahora y ha ascendido a 635 millones de euros en marzo. Es el resultado de que, esquivando la crisis, las empresas españolas exportan más. Las exportaciones se han incrementado en un 2%. Y al tiempo que venden más sus productos al exterior, las compras que proceden del extranjero han disminuido de forma considerable. Las importaciones han descendido un 15%.

Sin olvidar al cliente europeo, las empresas españolas han abierto importantes mercados en Asia, Africa y América, y se está trabajando bien para consolidarlos. Nuestras empresas están comenzando a recoger los frutos del esfuerzo realizado en mejorar su competitividad. En Europa, solo España aumentó sus exportaciones durante los tres meses primeros de este año. Alemania, Francia, Italia y Reino Unido vieron caer sus ventas al exterior en el mismo periodo. Este buen resultado obtenido por España tendrá una consecuencia muy positiva: podrá cerrarse este mismo año la histórica brecha exterior acumulada en la última década, durante la cual España se endeudó a un ritmo insostenible.

Ese equilibrio de la balanza exterior es un logro importante porque hace que España deje de depender de la financiación externa. De hecho, hemos comenzado a amortizar ya la elevada deuda externa que crecía, crecía y crecía imparablemente. El superávit comercial logrado en marzo es una noticia muy positiva, es una gran noticia económica. Es más, es la primera señal rotunda y firme de que algo está cambiando, de que es posible la recuperación. Queda mucho, mucho por hacer, mucho aún que sufrir. Pero es también cierto que empieza a haber espacio no solo para la fe, sino también ya para la esperanza.