Juan Teodoro Vidal. Químico.
Seres biónicos son aquellos en los que la actividad biológica original está complementada por medio de algún ingenio creado por el ser humano. Existe, lo que conocemos según Wikipedia, como “la ingeniería biónica que abarca varias disciplinas con el objetivo de concatenar (hacer trabajar juntos) sistemas biológicos y electrónicos, por ejemplo para crear prótesis activadas por los nervios, robots controlados por una señal biológica o también crear modelos artificiales de cosas que solo existen en la naturaleza, por ejemplo la visión artificial y la inteligencia artificial también llamada cibernética”.
El pasado sábado 20 conocimos la noticia (firmada por Ana Tardón en elmundo.es), según la cual cirujanos de China han implantado, en un paciente aquejado de un tumor que destruye parte de las vértebras, una prótesis de titanio, que no despierta rechazo inmunológico. La pieza, resistente, ligera y flexible, fue producida expresamente mediante una impresora 3D, diseñada con un programa gráfico tridimensional, a partir del análisis de la imagen obtenida por escaneado de las vértebras del enfermo.
Esto marca un avance en el uso de la tecnología existente para fines médicos y abre la esperanza de una medicina cada vez más capaz de resolver enfermedades hasta ahora de muy difícil tratamiento, mediante soluciones completamente personalizadas. No es la primera vez que se emplea una impresora 3D para 'fabricar' una pieza para implante en un ser humano, pero se trata esta vez de una pieza bastante sofisticada. En la misma noticia se menciona la investigación para producir órganos que podrían ser utilizados en trasplantes, como alternativa al empleo de órganos de donantes.
Estos ejemplos nos dan la posibilidad de prolongar nuestra esperanza de vida aún más, por medio de la tecnología. Es justo reivindicar la bondad del uso de la tecnología frente a la nostalgia de 'lo natural'. Pensemos que en realidad todos somos biónicos desde el momento en que acudimos al dentista para hacernos un 'arreglo', un implante dentario o un simple 'empaste'. O cuando nos cambian el cristalino por una lente en la operación de cataratas. O cuando nos implantan una prótesis de cadera. Todo ello usando la anestesia adecuada, que es otra tecnología. También somos biónicos, aunque sea en menor grado, cuando usamos gafas para ver mejor. En realidad todo empezó con el uso del bastón, del vestido y del calzado complementando nuestros mecanismos de supervivencia.
Historias sobresalientes como la del físico Stephen William Hawking muestran un uso masivo de la tecnología para funciones cognitivas, como desplazarse voluntariamente y hablar, no limitándose a cumplir una misión vital 'mecánica' o secundaria. Avances en este campo permiten a personas tetraplégicas, accionar un brazo robótico con la mente, para su propio cuidado, por poner otro ejemplo.
Sin el apoyo de la tecnología, nuestra vida en la Tierra sería mucho más dura y sometida al capricho de los elementos y de 'otros' depredadores. Gracias a la ciencia y tecnología, podemos vivir un poco mejor y por más tiempo. Bendita tecnología aunque acabemos siendo todos, irremediablemente, seres biónicos.