Juan Francisco Roca. Periodista deportivo.
Ahora resulta que hay una conspiración arbitral contra el Castellón. Lo que me faltaba escuchar en voz de su entrenador, Ramón María Calderé. No negaré que es un entrenador que me cae muy bien y que a mí me ha reanimado, futbolísticamente hablando. Pero una cosa no quita la otra. El técnico tarraconense, con la experiencia que acumula, en un campo de fútbol no sólo juegan los dos equipos. También juegan los árbitros. Estos imparten justicia, unas veces con más acierto y otras con menos, y que en la grada tienen a un informador que les juzga a ellos.
Los árbitros de Tercera División, que mayoritariamente son jóvenes y ambiciosos, como los jugadores del Castellón, quieren ascender y por eso intentan cometer en menor número de errores posibles, porque aspiran a estar entre los que mejor puntuación tengan y ello les abra la puerta de la Segunda División B.
Es la segundas vez que Ramón María Calderé carga duramente contra dos árbitros, y curiosamente ambos de Castellón. Primero casi humilla en sala de prensa al asistente de tribuna Miguel Carbonell Leal, en el partido contra el Villarreal C que se ganó 1-0 en Castalia. Y el pasado domingo también se pasó un par de pueblos con Yeray Fermosell i Pérez.
Por eso, recomiendo a Ramón María Calderé dejar a los árbitros en paz, principalmente porque así no ganará nada. Sólo quedará bien de cara a la galería para justificar que su equipo no sea capaz de ganar un partido. El Castellón está por encima de malas actuaciones arbitrales. Con la plantilla que tiene no debería depender de una decisión más o menos acertada del colegiado de turno.
Si se quiere meter en camisas de once varas, allá él. Luego que no se queje. Hablar de conspiraciones arbitrales no viene a lugar. Que denuncie también cuando los colegiados se equivoquen y con ello salga beneficiado su equipo. No lo ha hecho ni lo hará. Que se dedique a entrenar a su equipo que lo hace la mar de bien, pero que deje a los árbitros en paz. Suena a excusa de mal perdedor.
Por lo demás, este Castellón es un sin parar. Nuevo fichaje y ya van veinte desde el pasado verano a día de hoy. Y aún vendrá otro seguro. Todo para ponerle más azúcar al pastel. Otra guinda más. Para seguir marcando las diferencias. El domingo llega otro duro examen para el equipo de la capital de la Plana. Si lo supera habrá aprobado el duro examen del mes de enero, con partidos de aúpa.