Juan Francisco Roca. Periodista deportivo.
Puede ser que la destitución del técnico del Castellón, Joan Esteva, el mediodía del lunes, fuera la crónica de una muerte anunciada. Es mucho lo que se juega el equipo albinegro de la capital de la Plana para irse dando tumbos a diestra y siniestra. El entrenador siembre suele ser el cabeza de turco en este deporte que no se anda con cantinelas. Se gana y todo es color de rosa, o se pierde y cuando menos te lo esperas estás con la maleta en una mano y con la otra diciendo adiós porque te han despachado.
El Castellón es como un pastel esta temporada. En verano era un equipo que asustaba a los rivales. Y no era para menos porque el coordinador deportivo estaba confeccionando una muy buena plantilla. En pretemporada dio los primeros destellos y en el arranque liguero también. Uno de los problemas estuvo es los 660.000 euros que ingresó de sopetón y sin esperarlo, procedente de una deuda que tenía abierta con Aerocas, por patrocinio cuando el equipo jugaba en Segunda A, hace ocho años. El presidente vio el montón de billetes y optó por fichar futbolista de gran nivel, inalcanzables con el presupuesto que se manejaba en julio y agosto. ¿Era necesario fichar y fichar?
Un buen pastel al que no han parado de ponerle azúcar. Han venido cuatro jugadores más de gran nivel cuando el equipo estaba invicto dando zarpazos a diestra y siniestra. El grupo estaba más que formado, conjuntado, unido. La llegada de cuatro nuevos futbolistas, buenos la verdad, pero eso ha fastidiado a varios jugadores. Que de ser titulares han pasado a un segundo plano, y los que ya estaban en un segundo plano se le ha cerrado el acceder a la titularidad.
Los jugadores no son tontos. Lo sucedido les ha afectado. Se marchó Iker Zárate, otro gran error porque no hay otro futbolista de sus características, y empezó el caos. Y el hecho de querer ponerle más azúcar de lo necesario, acaba por hacer incomestible el pastel. Lo que era coser y cantar en las seis primeras jornadas, se convirtió en un desastre a nivel de juego y de resultados (sólo se ha sumado uno de los doce últimos), por lo que el club optó por la salida más sencilla: cargarse al entrenador y no a siete futbolistas.
Todo ello en la undécima jornada de Liga. Menos mal. Hay tiempo para enderezar el rumbo. Joan Esteva ya es historia en el Castellón. Ahora a ver quién es el nuevo inquilino del banquillo albinegro. Lo único que se sabe es que este miércoles en ante el Requena en Castalia el que dirigirá al equipo es el coordinador deportivo y ex técnico del equipo, Ramón Moya. Suerte, vista y al toro.
