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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 12:40

Juego de Tronos e historia

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

Lo confieso; soy un fan absoluto y total de la serie Juego de Tronos. Es una de las series de televisión mejor hechas. Y unos libros absolutamente fascinantes. George Martín ha acertado de pleno. Y lo ha conseguido al trasladar y mezclar diversas realidades históricas junto la tradición shakesperiana clásica y el arriesgado ejercicio de quebrar en numerosas ocasiones la identificación que se produce entre el lector/espectador y determinados protagonistas.

Así, por ejemplo, en Juego de Tronos se puede ver bien a las claras las huellas de la llamada Guerra de las Dos Rosas, una guerra que asoló lo que hoy es Gran Bretaña en el siglo XV. De hecho, si en los libros de Martín se enfrentan los Stark y los Lannister, en la realidad histórica de la citada Guerra se enfrentaron la Casa de York y la Casta de Lancaster. De hecho, en un guiño claro, el autor de los libros sitúa como emblema de la Casa Tyrell una rosa, y el Lord Protector del Reino inglés se transmuta en la llamada ‘Mano del Rey’.

El Muro de Adriano, que se sitúa al norte de Gran Bretaña, y que fue construido para proteger a los habitantes al sur del muro de los ataques de los Píctos, se ha transformado en la serie en el gran Muro Helado que vigila la Guardia de la Noche. Y está meridianamente claro, más allá de que elijan Sevilla como localización, de que el Reino de Dorne, uno de los siete Reinos, es España. Está separado de los otros territorios de Poniente por una cadena montañosa muy similar a los Pirineos y su monarca, Doran Martell, es sospechosamente parecido a Felipe II, incluso en su enfermedad de la gota.

Y en cuanto al malvado Joffrey Baratheon, el rey niño, sin duda está basado en Nerón o Calígula. Se nota que George Martín ha leído a Suetonio. En este sentido, en numerosas ocasiones la obra de Martín recuerda las intrigas que se podían vivir en la magistral obra de Robert Graves; ‘Yo, Claudio’.  Y así podíamos seguir. Shakespeare e Historia, Historia y Shakespeare. Es por ello por lo que, independientemente de cualquier otra consideración, haya que agradecer a ‘Juego de Tronos’ su pasión por la Historia, la “Magister Vitae”, al menos en el sentido literario del término.