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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 13:19

Los jinetes del Apocalipsis

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Luis Andrés Cisneros.

Los Jinetes del Apocalipsis son los cuatro caballeros que aparecen en el capítulo sexto del Apocalipsis. Ellos montan en cuatro caballos uno blanco, otro rojo, otro negro y el último bayo. Representan las alegorías de la victoria, la guerra, el hambre y la muerte.

También, Vicente Blasco Ibáñez, el escritor universal nacido en Valencia en 1867, escribió una famosa novela con el mismo título, la cual fue llevada al cine en 1962, dirigida por Vincent Minelli con la participación de Glenn Ford, Ingrid Thulin, Charles Boyer y Lee J. Cobb. A pesar de no haber obtenido ningún galardón, la cinta tuvo una buena acogida mundial.

En la película, ul anciano argentino, interpretado por Lee J. Cobb, vaticina la llegada de los cuatro jinetes, pero cambia el primero por la Peste, en lugar de la Victoria, manteniendo los otros tres: la Guerra, el Hambre y la Muerte.

Si quisiéramos trazar un paralelismo entre la alegoría de los jinetes y lo que está ocurriendo en España en los tiempos actuales, nos faltarían caballos y jinetes, ya que la galopada frenética hacia el Apocalipsis empezó con el nombramiento de Suárez como Presidente del Gobierno en 1976 y siguió al año siguiente cuando se empezó a trabajar en la Constitución.

Todos y cada uno de los Presidentes, han contribuido, en mayor o menor grado, con la destrucción, poco a poco y desde las Instituciones, del Estado Español. Dentro de su pecado más repugnante ha estado la cesión o más bien la rendición ante los secesionismos y los partidos que tienen, en su esencia misma, la desaparición de España.

El error empezó en el mismo redactado de la Constitución, cuando dicta que la Nación Española, está compuesta por nacionalidades y regiones, dando a entender que hay dos tipos distintos de Autonomía, unas que son naciones y otras que no. Ya empezamos bien con la igualdad entre todos los españoles. Y además distingue entre históricas y no históricas, seguimos haciendo distingos excluyentes.

Si ya los llamados ‘Padres de la Constitución (Cisneros, Herrero, Pérez-Llorca, Peces-Barba, Solé, Fraga y Roca), plantaron la semilla de la voracidad insaciable de los secesionismos y, con un candor digno de un niño de 5 años, no prohibieron, en su redactado, la ilegalidad de los partidos secesionistas  o que tuvieran como fin la destrucción de España, los sucesivos presidentes se dedicaron a regar, abonar y cuidar todo lo que contribuyera a destruir a la propia nación.

Empezaremos por Adolfo Suárez, que proviniendo del cargo mayor de defensa del anterior régimen (recordemos que fue Ministro del Movimiento), fue el que empezó, sin que nadie se lo pidiera, a dar aire a todos los secesionistas concediendo beneficios de todo tipo y fomentando la desigualdad entre españoles, aunque pronto sería superado.

Luego vino Calvo Sotelo, que vivió en persona, durante la sesión de su investidura, la entrada del Teniente Coronel Tejero, en las Cortes y, bajo su mandato se cerró el actual mapa autonómico.

Y, a partir de entonces, vinieron los cuatro últimos jinetes del Apocalipsis. Primero fue Felipe González, que siguió dando alimento y engordando a todos los secesionismos periféricos. Recordemos que, cual Profeta moderno, su Vicepresidente Alfonso Guerra, pronunció aquella frase, hecha realidad más adelante de ‘A España no la va a reconocer ni la madre que la parió’ Sabía de lo que hablaba.

Luego vino Aznar, que, con tal de seguir en el poder, pactó con el delincuente Pujol, no dudando en sacrificar a gente de su propio partido, sobre todo, en Cataluña, donde su partido se ha terminado convirtiendo en casi una anécdota intrascendente. Todas las transferencias en materia lingüística acabaron en manos de los secesionistas y fue el embrión de la situación actual.

Cual plaga maligna, apareció un nuevo jinete, Rodríguez Zapatero, el ‘hijo del viento’ ya que, según su intelecto desbocado, la ‘Tierra es del Viento’, frase que define claramente a este nefasto personaje. Apoyó, fomentó aplaudió la aparición de un Estatuto de Autonomía catalán que suponía la desmembración de facto de esa región española.

Para rematar y que se consumiera la desaparición de, probablemente, la nación con más historia del Mundo y envidia de otras muchas, apareció el ‘Hombre Invisible’, el ‘Hombre Inmóvil’ o, cómo el título de la película de John Wayne, ‘el Hombre Tranquilo’. Bajo su ‘dolce far niente’, se ha desatado el golpe de estado que ha puesto a España al borde mismo de su asesinato histórico.

Todos los anteriores han contribuido a que la pervivencia de nuestra Patria esté en manos de aquellos que no quieren hacer nada por salvarla. Todos han consentido la marginación de los que quieren ser españoles. Todos ellos han llenado de millones de Euros a los que nos odian. Todos ellos siguen haciendo la vista gorda ante todo lo que contamina y acaba con España.

Han conseguido que el resto de la Comunidad Internacional nos ningunee y se cachondee de nosotros. Pero ninguno habla de revertir esta situación. Si no fuera por VOX,  y por los españoles que estamos resistiendo, hace tiempo que ya no existiríamos.

Las autonomías son la causa principal de esta situación, apoyadas por esta plaga de vividores que nos están llevando al Apocalipsis.

Y, como siempre, y más en los tiempos que corren mi despedida es…….

Recuperemos las competencias y ¡Viva España!